Hace un tiempo atrás preparando un artículo acerca de si es compatible la práctica del Yoga con el Cristianismo, me encontré con un artículo del Dr.Rodolfo Urbina acerca del poder de la concentración humana y me llamó la atención una de sus conclusiones al respecto del tema:” Los santos concentran su pensamiento en Dios y adquieren un magnetismo divino que intoxica espiritualmente a cuantos entran en contacto con ellos.”
La misma perspectiva del Dr.Urbina la podemos encontrar en las enseñanzas básicas de la práctica del Yoga; pero la Palabra de Dios está en total desacuerdo no solamente con el enunciado expuesto en el párrafo anterior sino con cualquier filosofía humana que apoye la creencia de que el hombre es intrínsicamente bueno y que puede llegar a poseer en su naturaleza pecaminosa atributos exclusivos del Dios de la Biblia.
Si bien es cierto las Sagradas Escrituras nos exhortan a vivir una vida que agrade a Dios y nos compromete a tener un testimonio eficaz entre los incrédulos y asimismo entre los mismos creyentes; la única persona que vivió en esta tierra que pudiera decir algo semejante como intoxicar espiritualmente a cuantos entran en contacto con El y no con nosotros, se llama Jesús.
En una de las ocasiones que Jesús anunció su muerte, expresó lo siguiente: ” Y yo, si fuere levantado de la tierra, A TODOS ATRAERE A MI MISMO “. ( Juan 12:32 )
No importa la intensidad con la cual los hombres pecadores puedan concentrar sus pensamientos en Dios o la cantidad de tiempo y esfuerzo que dediquen a realizar sus ejercicios espirituales; jamás podrán generar una fuerza de atracción o magnetismo tan eficiente que puedan conducir a otras personas a la presencia del Dios Santo como lo conocemos los Cristianos.
La primera parte del versículo mencionado hace referencia a la muerte de Jesús en el Monte Calvario. El fue crucificado en una cruz y levantado de la tierra. A continuación el Señor Jesús prometió que A TODOS ATRAERIA A MI MISMO.
Así que, si existiera una rama de la teología que tratara con el tema del MAGNETISMO DIVINO, encontraríamos a Jesús y no a ningún otro ser humano en su naturaleza caída, como su único exponente sin importar cuán santos o conectados con Dios ellos crean estar.
No es nuestra responsabilidad intoxicar espiritualmente a cuantos entran en contacto con nosotros. Nuestro compromiso consiste en orar para que el Espíritu Santo conduzca a los incrédulos de todas las clases de gentes, de toda nación, tribu y lengua a la cruz y así Jesús LEVANTADO DE LA TIERRA pueda ATRAERLOS A SI MISMO y entonces llevarlos a la presencia misma del Padre.
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”