Un Varon Justo y Perfecto

La genealogía  literal que encontramos en el capítulo 5 del libro de Génesis nos  presenta a Noé como hijo de Lamec, como nieto de Matusalén (padre de  Lamec) y como biznieto de Enoc (padre de Matusalén). Ya sea que su parentesco  con Enoc haya sido lejano; es evidente que los genes de la lealtad y de la fe  hacia Dios fluían del corazón de Noé y corrían por las venas y arterias  de su cuerpo. Su padre lo llamó Noé, que en hebreo significa “Descanso o Tranquilidad“; porque en él hallarían alivio las manos de los hijos de  Dios.

La persona de Noé aparece en la escena del relato bíblico cuando él ya había cumplido  quinientos años y en un tiempo en que Dios había decidido borrar de la tierra a  toda la humanidad porque “la maldad…era muy grande, y todos sus  pensamientos tendían siempre hacia el malPero Noé contaba con el favor  del Señorera un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo  fielmente con Dios“. (6: 5, 9 N.V.I.)

Dios mismo  confirmó los rasgos de la persona de Noé diciéndole “Tú eres el único  hombre justo que he encontrado en esta generación” (7:1 N.V.I.), el  apóstol Pedro lo llamó el “predicador de la justicia” (2 Pedro  2:5 N.V.I.) y el autor de la carta a los Hebreos lo presenta como el  “heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7 N.V.I.).

Noé halló gracia a los ojos de Dios porque fué un “varón justo y perfecto“,  en otras palabras; fué un hombre de integridad y principios en medio de un mundo  depravado que produjo dolor en el corazón de Dios y provocó que El dijera:”¡Me  arrepiento de haberlos creado!” (6:7 N.V.I.)

Noé y Enoc son los  únicos hombres en las Sagradas Escrituras de quienes se nos dice que “caminaron  con Dios“. Y si bien es cierto Noé no fue trasladado al cielo sin ver  la muerte como Enoc, Noé pudo ver su fé justificada por Dios al preservar  su vida y la de su familia de la destrucción de toda la humanidad de su tiempo  por medio del diluvio.

Si hoy hubiera  un cementerio en donde pudiésemos visitar la tumba de Noé, estoy seguro  que la inscripción de la lápida en su tumba diría: “Aquí descansa Noé,  un varón justo y perfecto que caminó con Dios“.

Gracia y Paz

Sergio

Amigo de  Jesús

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