Dionisio I apodado el Viejo, fue gobernador de las cortes de Siracusa en Sicilia en el Siglo IV antes de Cristo. Era tan déspota que su propia madre en sus plegarias pedía que su sucesor no fuera tan tirano como su hijo.
Dionisio I, fue el que vendió como esclavo a Platón y era un acérrimo perseguidor de los maestros y pensadores de la escuela pitagórica.
Damón, uno de estos filósofos; fué arrestado y condenado a muerte por haber sido acusado falsamente de conspirar en contra del gobernador. Damón, solicitó que se le concediera una autorización para visitar a su familia antes del día del cumplimiento de su ejecución. Dionisio, accedió otorgar el permiso a Damón; con la condición que éste dejara a otra persona como rehén y asimismo que estuviera dispuesto a ser ejecutado en su lugar si él evadía su responsabilidad de regresar a la prisión para recibir su sentencia. Fintias, su amigo y colega de profesión; se ofreció a quedar como prisionero en lugar de Damón.
El día señalado para la ejecución llegó y a la hora de Fintias subir al patíbulo Damón todavía no había llegado. Fintias disculpó a Damón por no estar presente y reafirmando una vez más su deseo de morir en lugar de su amigo, dispuso su persona para ser ejecutado. Mientras el verdugo asignado se preparaba para cumplir con su responsabilidad; llegó Damón galopando y gritándole al verdugo que detuviera la ejecución. Los fieles y entrañables amigos se abrazaron y entonces pidieron morir juntos en el cadalso, pero Dionisio conmovido por la demostración de amor y amistad de Damón y Fintias decretó la anulación del castigo y la liberación de ambos.
Los varones de la historia verídica que hemos leído no eran Cristianos, pero pusieron en práctica las palabras que encontramos en dos Proverbios. “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia (17:17). El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.(18:24).”
En el concepto del mundo lamentablemente y en general se usa el término “es un buen amigo”, para describir a una persona que es un “cómplice de parrandas, borracheras, consumo de drogas, relaciones ilícitas, actos delictivos, etc.”
Las Sagradas Escrituras por otro lado nos describe al verdadero amigo como alguien que nos edifica y estimula a obedecer la voluntad de Dios y en algunas oportunidades nos amonesta y reprende con amor para que no nos desviemos de Su camino.
El mejor ejemplo de este tipo de amigos lo encontramos en la persona del Señor Jesús quien dijo:”Ustedes son mis amigos…” (Juan 15:14 N.V.I.). Jesús nos ama en todo tiempo y más que uno de nuestros propios hermanos; pero por sobre todo se mostró amigo. Jesús, también expresó lo siguiente:”Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.” (Juan 15:13 N.V.I.). La expresión más grande del amor y la amistad que Jesús tiene para nosotros se hizo evidente en la cruz del Calvario. A diferencia de Damón y Fintias; Jesús murió por tus pecados y los míos.
Los “amigos del mundo” destruyen matrimonios, dividen hogares y familias, producen celos y envidia, conducen a la ruina personal y finalmente a la perdición espiritual y eterna.
La amistad de Jesús nos garantiza bendiciones en esta vida y la seguridad de Su compañía por la eternidad. La única condición que El nos pone es muy simple y lógica a la vez:”Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando” (Juan 15:14 N.V.I.) Jesús anhela que respondamos a Su amor y amistad con un espíritu de gratitud y obediencia a Su Palabra.
A mediados del Siglo XIX, Joseph M. Escriven escribió la letra del hermoso himno ¡Oh, qué amigo nos es Cristo!, el cual se convirtió en uno de los himnos más conocidos entre el pueblo de Dios alrededor del mundo. Sus palabras dicen lo siguiente:
¡Oh, qué amigo nos es Cristo!
El sintió nuestra aflicción
y nos manda que llevemos
todo a Dios en oración
¿Vive el hombre desprovisto
de consuelo y protección?
Es porque no tiene dicho
todo a Dios en oración.
¿Vives débil y cargado
de temor y tentación?
A Jesús, tu amigo eterno
cuenta todo en oración.
¿Te desprecian tus amigos?
dilo a él en oración:
en sus brazos cariñosos
paz tendrá tu corazón.
Jesucristo es nuestro amigo;
de esto pruebas mil mostró
al sufrir el cruel castigo
que el culpable mereció.
Y su pueblo redimido
hallará seguridad
fiando en este amigo eterno
y esperando en su bondad. (Traducido por Mora)
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús“