¿SON SALVOS LOS SECTARIOS “SINCEROS”?
Pablo Santomauro
Cuando vemos como algunos sectarios (Testigos de Jehová, Mormones, etc.) trabajan con denuedo por sus creencias, muchos tenemos tendencia a pensar que su aparente sinceridad significa que son salvos. La verdad es que a los efectos de la salvación, los sectarios son personas que al igual que el incrédulo, han rechazado el cristianismo histórico y la salvación tal cual es definida en el evangelio.
Segunda de Corintios 11 nos enseña que este tipo de hombres y mujeres son engañados o son ellos mismos engañadores. En realidad predican otro evangelio y otro Jesús (v.4), además de otro camino de salvación (Hch. 4:12). Gálatas 1:9 dice que el que esto hace es anatema. A pesar de su “sinceridad” Dios los hace responsables de todas formas, como hizo responsable a Eva cuando fue engañada por la serpiente (Gén. 3:13-1).
Pablo nos comunica en Romanos 9:3 y 10:2-3 que los judíos religiosos estaban separados de Cristo (no eran salvos), a pesar de tener celo de Dios, porque no habían aceptado la salvación tal cual Dios la ofreció, habiendo ellos establecido su propio método de salvación.
Lo que es importante entender es que aparente sinceridad no significa sinceridad real, o sea, la búsqueda honesta de la verdad. Jesucristo hizo esta promesa: “Buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá … y el que busca halla; y al que llama, se le abrirá” (Mt. 7:7-8). Deducimos aquí que la persona que sinceramente busca a Cristo lo hallará, a menos que la promesa de Jesús haya sido falsa.
Es lógico concluir que personas que parecen sinceras pero están adorando a otro dios, no están buscando a Dios en absoluto; “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” Prov. 14:12.
Efesios 1:13 y 2 Corintios 1:22 afirman que los verdaderos creyentes son sellados por el Espíritu Santo. ¿Puede el Espíritu sellar a aquellos que rechazan y atacan el cristianismo y su doctrina tal como es enseñada en la Biblia ? Lo cierto es que el camino de salvación sigue siendo el mismo, tanto para el inconverso como para el que profesa otra religión o para el sectario mismo.
El sectario que honestamente busca a Dios finalizará, tarde o temprano, saliendo de la secta y convirtiéndose a Cristo tal como Cristo es (Juan 8: 24,31-32), y el que a él viene, no le echa afuera. Recién entonces será salvo por gracia por medio de la fe (Efe. 2:8-9).