Las Sagradas Escrituras nos enseñan que para “Dios nada es imposible” (Lucas 1:37). Ningún obstáculo o desafío es un reto para el Señor.
Pero, aunque sabemos que El es soberano sobre todas las situaciones, se nos hace difícil mantener siempre esta perspectiva. En general, cuando enfrentamos obstáculos y desafíos en nuestras vidas:
*Experimentamos un cambio de enfoque. Cuando estamos en apuros, tenemos la tendencia a quitar nuestros ojos del Señor y ver solamente nuestros problemas. No nos damos cuenta que cuanto más tiempo nos concentremos en ver nuestras circunstancias, más grandes los problemas nos parecerán. Si estamos todo el tiempo pensando en ellos, nuestro estado de ánimo corre el riesgo de caer en un espíritu de negativismo y amargura. Y aunque Dios, sigue teniendo control sobre nuestra vida y tiene una dirección para ella, no estamos ya concentrados en Sus propósitos sino hundidos en nuestro desánimo.
*Hacemos una evaluación equivocada de nuestros recursos. Cuando tenemos problemas, hacemos “un inventario de nuestras propias fuerzas y capacidades”, y cuando vemos que son insuficientes nos desanimamos. La realidad es que nosotros no tenemos lo que se necesita para enfrentar los obstáculos y desafíos de la vida, y el mismo Señor nos lo dijo:“Separados de mí, nada podéis hacer” (Juan 15:5). Pero las capacidades de Dios son ilimitadas, Su poder nunca termina y Su sabiduría es perfecta. Nosotros necesitamos hacer un inventario de Sus recursos y no de los nuestros.
*Vemos los obstáculos y desafíos como barreras. Un Cristiano obediente, debe ver los impedimentos como oportunidades. El Señor puede demostrar Su poder maravilloso a través de nuestras dificultades. En esos momentos, se nos abre una puerta para crecer en la fe y aprender más de nuestro Padre celestial. Pero si vemos los obstáculos y desafíos de la vida como simplemente barreras, entonces podemos perdernos de recibir las demostraciones del amor, el poder y la sabiduría de Dios.
“Así que no temas, porque yo estoy contigo;no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41:10)
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”
El artículo que Usted acaba de leer fué editado y adaptado de una Reflexión Diaria que un servidor recibió por correo electrónico de parte de un amigo, 08/30/2006. El título del artículo y las citas bíblicas no aparecen en el escrito original.