Una de las definiciones de la palabra “yugo” en nuestro idioma es “Dominio u opresión que una o varias personas ejercen despóticamente sobre otras.”
Me atrevo a afirmar que la definición anterior es la primera que viene a la mente de las personas cuando escuchan la palabra “yugo”.
La misma connotación negativa de la palabra existía en tiempos de Jesús. William Hendriksen nos dice que “En la literatura judía, un yugo representa la suma total de las obligaciones las cuales de acuerdo a la enseñanza rabínica, una persona debía llevar sobre sí misma.” ( Mateo, Comentario del Nuevo Testamento )
Jesús mismo dijo que los fariseos: “ atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos (los fariseos) ni con un dedo quieren moverlas” (Mateo 23:4)
En el mismo evangelio de Mateo encontramos una invitación de Jesús pero muy contraria a las enseñanzas de los supuestos líderes espirituales de su época: “LLEVAD MI YUGO sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque MI YUGO es fácil, y ligera mi carga.” ( vs. 29, 30 )
“LLEVAD MI YUGO sobre vosotros…”
Jesús desea que nos sometamos a la palabra de Su Padre y a Su voluntad, sin transigir en lo más mínimo; pero no lo hace con un espíritu de despotismo, ni tampoco usando la violencia , la amenaza o la presión. Jesús desea que nos sometamos al control de la autoridad de Su padre como él mismo lo hizo, con mansedumbre y humildad de corazón.
Asimismo, nos garantiza que al hacerlo nuestras almas hallarán descanso; porque SU YUGO es fácil y ligera su carga.
El “yugo” de Jesús es cómodo y no causa rozaduras y Su carga es liviana.
Jesús nunca nos prometió que no tendríamos adversidades o problemas en nuestra vida Cristiana; pero sí nos ha garantizado que no los sobrellevaremos solos porque estamos “enyugados” con El.
J.H.Jowett escribió: “ El error fatal para el creyente es tratar de llevar la carga de la vida en un solo collar. Dios nunca tuvo el propósito de que el hombre llevase su carga a solas. Por ello, ¡Cristo solo trata en “yugos”!. Un yugo es un arreo para dos cuellos, y el Señor mismo pide ser Uno de los dos. Quiere compartir las labores de cualquier amargante tarea. El secreto de la paz y de la victoria en la vida cristiana se encuentra en quitarse el agotador collar del “yo” y aceptar el relajante YUGO DEL MAESTRO” ( Nuestro Pan Diario )
Someternos al “yugo” de Jesús no significa de ninguna manera que nos convertirnos en esclavos de un tirano, por lo contrario al servir a Jesús nuestras almas hallan descanso lo cual produce una libertad perfecta.
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”