¡Ve y Cuenta!

Se cuenta del  ya fallecido Fritz Kreisler, famoso violinista y compositor estadounidense de  origen austriaco, que un día iba caminando por una calle de Londres cuando  escuchó los acordes de un violín que alguien estaba tocando en un negocio de  antigüedades.

Llevado por su  curiosidad, entró al establecimiento para conocer a la persona que estaba  tocando el instrumento y a su vez examinar la calidad del mismo. El mismo dueño  del negocio estaba tocando el violín y Kreisler impresionado por la calidad del  instrumento ofreció comprarlo. El propietario le informó que ya lo había vendido  a un reconocido coleccionista de antigüedades de Inglaterra.

Kreisler, un  poco decepcionado le pidió al comerciante que le dejara tocar una melodía. El  comerciante aceptó. Al finalizar de tocar en el codiciado instrumente, Kreisler  exclamó:

-¡Tengo que  tener este violín!

-¡Es imposible!  – afirmó el comerciante -. Ya le dije que lo he vendido.

-¿Qué piensa  hacer el coleccionista con el violín? – preguntó Kreisler.

-Entiendo que  quiero exhibirlo en una vitrina de su mansión o de un prestigioso museo –  respondió el comerciante.

-¡Imposible! –  volvió a exclamar Kreisler. –  ¿Acaso no sabe que este violín no es una pieza de  museo para exponerlo en una vitrina? ¡Este violín fue fabricado para producir  música en beneficio del mundo!

Kreisler no se  dio por vencido e hizo las investigaciones pertinentes hasta que logró  comunicarse con el nuevo dueño y le ofreció comprarle el violín. El nuevo  propietario del instrumento rechazó la oferta de compra por parte de Kreisler.

En lugar de  rendirse, Kreisler decidió cambiar de táctica para lograr alcanzar su propósito  y decidió establecer una relación amigable con el nuevo dueño del tan codiciado  violín. Un día que Kriesler visitó al famoso coleccionista, este sacó el violín  de su vitrina y ofreciendo el instrumento a Kriesler, le solicitó que lo tocara.

Kriesler, al  compartir acerca de aquel incidente que tanto había añorado dijo: “Toqué en  ese violín como si hubiera sido un condenado que tenía que tocar para conseguir  su rescate.

Entonces, aquel  coleccionista de antigüedades, impresionado por la manera magistral y sublime  que el maestro había tocado exclamó: “¡No tengo derecho a tener este violín,  Kreisler es suyo! ¡Tómelo y recorra el mundo para que lo oigan.

Dos mil años  atrás, Jesús le ordenó al que había estado endemoniado y que anhelaba  fervientemente entrar a la barca para ir con El: “VETE a tu casa, a los tuyos  y CUENTALES cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo  misericordia de ti.” La historia concluye diciendo que aquel hombre obedeció  el mandato de Jesús, se fue a su pueblo, empezó a proclamar lo que Jesús había  hecho por él y que todos los que lo escuchaban se quedaban maravillados de  escuchar su testimonio. ( Marcos 5:19,20 )

 Dios te ha  confiado el privilegio y la responsabilidad de compartir las notas de esperanza  de un canto de que se llama “Buenas Nuevas de Salvación”, preparado para un  mundo que sufre la miseria de los efectos del pecado. El anhela intensamente que  tú seas el instrumento para que otros aprendan las estrofas de ese canto de  liberación para el corazón de la humanidad.

¡No tienes el  derecho de conservar en una vitrina ni la música, ni las palabras del Evangelio!

¡VETE a  tu casa y a los tuyos, y CUENTA cuán grandes cosas el Señor ha hecho por  ti, y cómo El tuvo misericordia de tu persona como la tuvo con aquel endemoniado  de Gadara!

Gracia y Paz

Sergio

“Amigo de  Jesús

 

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