Giezi, era siervo de Eliseo. Dios concedió a Giezi la bendición de relacionarse personalmente con Eliseo un privilegio que muchos de nosotros hubiéramos querido tener; pero Giezi en vez de imitar el modelo que Dios le había presentado con el ejemplo de la vida su maestro un verdadero “varón de Dios“, decidió no consagrarse incondicionalmente a Dios.
La inmadurez en la vida de Giezi y específicamente los pecados de la avaricia y la codicia que albergaba en su corazón, no le permitieron su desarrollo espiritual y menos que el Espíritu de Dios obrara por medio de su persona.
Una revelación de la verdadera condición espiritual de Giezi se nos presenta después que Naamán fue sanado de su lepra. El comandante del ejército sirio en agradecimiento quiso recompensar a Eliseo con 340 kilos de plata, 68 kilos de oro y diez mudas de ropa; pero el profeta rehusó aceptar la renumeración diciendo: “Vive el SEÑOR, delante de quien estoy, que no aceptaré nada. Vete en paz.” ( 2 Reyes 5:16, 19; Nueva Biblia de los Hispanos )
Entonces Giezi, motivado por la avaricia; salió corriendo detrás del carro de Naamán y usando falsamente el nombre de Eliseo y creando una historia en favor de la necesidad de dos hijos de los profetas logró obtener de Naamán 64 kilos de plata y dos mudas de ropa; botín que guardó en su casa.
Después, Giezi se presentó delante de Eliseo quien lo recibió sorpresivamente con una pregunta: “¿Dónde has estado, Giezi?” Giezi respondió al profeta: “Tu siervo no ha ido a ninguna parte” ( vs. 25 ). Eliseo, confrontó la mentira y astucia de su criado y como consecuencia lo castigó a él y a sus descendientes con la lepra de Naamán para siempre.
El nombre de Giezi significa “valle de vista“; pero su vida nos demuestra claramente que tenía la “vista muy corta” porque su corazón estaba obsesionado con el pecado de la avaricia.
“La avaricia es:
a. Algo contra lo cual debemos protegernos (Lucas 12:15)
b. Una característica de los falsos maestros (2 Pedro 2:1-3) y de aquellos que rechazan al Señor. (Salmo 10:3; 2 Pedro 2: 9-16)
c. Propia de una mente depravada (Romanos 1: 28-32)
d. Una característica de una vida separada del Señor (Salmo 10: 3- 4; Colosenses 3: 5- 7)
e. Impropia entre los creyentes (Efesios 5:3) ”
(Autoconfrontación, Manual Para el Discipulado a Fondo, pág. 144)
Pablo nos exhorta a hacer morir a todo lo terrenal que hay en nuestra vida y menciona que la “avaricia es idolatría” ( Colosenses 3:5 )
¡Sólo el poder del Espíritu Santo nos ayudará a erradicar de nuestro corazón el pecado de la avaricia, que no permitió a Giezi mantenerse ya más ni en la presencia santa de Eliseo y menos en la de Dios!
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”