¿Sirves o No Sirves?

En todas las  iglesias existe siempre un grupo de personas las cuales pertenecen a lo que yo  he bautizado como el “Ministerio de los Flojos” (perezosos,  holgazanes, indolentes, etc.) Asumo, que el lector ha escuchado de labios de  predicadores usar expresiones como: “calienta bancas” o “bolsas de  papas” para referirse a este tipo de personas.

La definición  básica de la palabra “flojo” es “falta de vigor ” (Larousse,  Diccionario Práctico Escolar). La definición más extensiva abarca términos como:  “tiene poca fuerza o intensidad“, “carece de calidad o interés  adecuado“.

Una persona  tildada de “floja” se la caracteriza también con los adjetivos de:”débil,  desfallecido, descuidado, negligente, blando, pusilánime, etc.

El grupo que  comprende el “Ministerio de los Flojos”, no solamente confirman con sus  vidas que “han dejado el primer amor” (Apocalipsis 2:4); asimismo niegan  la esencia misma de la enseñanza de Aquel a quien dicen seguir y que dijo:”el  Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir”  (Mateo 20:28)

Juan Antonio  Monroy, uno de los principales escritores y pensadores de la España evangélica,  en su artículo magistralmente titulado “Alzheimer Espiritual” describe el  estado de estos creyentes como “torpes de oído; escuchan, pero no oyen. Son  pesos muertos en las iglesias. No cooperan, al contrario, reclaman toda la  atención, hay que estar pendientes de ellos, atentos a sus gestos, a sus  caprichos infantiles. Estos cristianos viejos (no necesariamente de edad),  pero inmaduros, llegan a constituir una verdadera pesadilla en las  congregaciones…Mirándose en el espejo de su propia vida espiritual, niegan a la  iglesia el derecho de crecer, a desarrollarse, a evolucionar para ampliar sus  servicios a los hombres”.

¡Qué gran  diferencia existe entre estos creyentes paralizados en su crecimiento espiritual  y fosilizados en su servicio al cuerpo de la iglesia, con Aquel del cual  escribió el apóstol Pablo se despojó a sí mismo, tomando forma de SIERVO…y en la condición de hombre, se humilló  a sí mismo…”! (Filipenses 2:7, 8)

¿Cómo vamos  nosotros a evitar llegar a ser parte del “Ministerio de los Flojos” y  vivir una vida fructífera en nuestras respectivas iglesias?

*Permaneciendo  en una relación saludable con Jesús

“Yo soy la vid,  vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva  mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.(Juan 15:5)

*Permitiendo  que nuestro Padre celestial nos limpie.

“Todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto(Juan 15:2)

*Reconociendo  que es nuestro deber “ayudar”  (1Corintios 12:28) y que es un privilegio  “servir” (Romanos 12:7) en el cuerpo de Cristo.

*Recordando  siempre que fuimos “creados en  Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10), que Dios nos ha dado de su gracia para “abundar en toda buena obra” (2 Corintios 9:8), y que se nos exhorta a ser un pueblo “celoso de  buenas obras” (Tito 2:14)

“Así, pues, (exhortó  Pablo a los miembros de la iglesia en Corinto) téngannos los hombres por SERVIDORES DE CRISTO(1 Corintios 4:1)

¡Levántate, Cristiano!

(Himno)

Levántate, cristiano, levántate y  trabaja;

no dejes que tu vida se pase en la  inacción.

El que en el ocio vive a su  Hacedor ultraja,

no lleva sus deberes, ni cumple su  misión.

 

Si quieres que la vida te ofrezca  mil encantos,

si quieres que la dicha te inspire  paz y amor,

Trabaja con ahínco, sin miedo ni  quebranto;

y un cielo de ventura verás en tu  redor.

 

Trabaja por el mundo, trabaja por  el cielo

sembrando buenas obras, sembrando  bendición

Virtud es el trabajo, alivio y fiel consuelo;

y sólo en él se encuentra, la paz  en el corazón.

                                                                     D.M.H.

Gracia y Paz

Sergio

“Amigo de  Jesús”

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