Abril 2007
La Saga Continúa: Creciendo en Gracia, Miranda, el Anticristo y el 666
Pablo Santomauro
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24:5).
Muchos vinieron antes, Jim Jones, Shree Rajneesh, David Koresh, el reverendo Moon, varios brahmines de la India, etc., pero de todos estos farsantes el más gracioso y pintoresco es, sin lugar a dudas, José Luis de Jesús Miranda. “Jesucristo Hombre”, como se hace llamar, es también el más atrevido para retorcer la Biblia a los efectos de justificar sus reclamos.
José Luis de Jesús Miranda tiene su base de operaciones en Doral, Florida, desde donde dirige su organización, Creciendo en Gracia. Miranda vive en la opulencia gracias a las abundantes donaciones de sus seguidores, quienes le llaman “Papi”, “Papito” y “Abba Padre” con la convicción de que Miranda es Dios. “Jesucristo Hombre” es otro título que expresa su deidad. Desde que la secta adhiere a la doctrina del modalismo, la cual niega la pluralidad de personas en la unidad de la Deidad, Dios Padre y Jesucristo Hombre son ambos manifestaciones de la misma persona, Dios, i.e., Miranda.
Miranda acaba de anunciar que él es el Anticristo. Se remangó el brazo delante de las cámaras y mostró muy ufano su tatuaje del 666. Muchos de sus seguidores lo imitaron en los días siguientes al tatuarse de la misma manera. ¿Qué significa todo esto? Muchos pueden pensar que Miranda se ha contradecido al afirmar ser Jesucristo Hombre primero y luego proclamarse el Anticristo. Sin embargo, todo está friamente calculado, como decía un conocido personaje televisivo. Dejemos que Miranda mismo nos explique este misterio. La siguientes son sus palabras en una de sus predicaciones.
“Bueno el tema de hoy es para seguir explicando que Jesucristo hombre y el Anticristo es una misma persona. Lo que sucede es que ellos (los religiosos) ya tienen en sus cabecitas que Anticristo, es en CONTRA de Cristo, del resucitado. Pero ANTICRISTO, el primer Anticristo fue Pablo. Porque Pablo, él dijo: Si a Cristo (Jesús de Nazaret) conocimos según la carne, ya no lo conocemos así, y su doctrina ya no la imitamos … Y nosotros (Creciendo en Gracia) no lo imitamos a él. Él vino como sustituto. Si lo imitamos como él anduvo (como dijo Juan): Si alguno le ama, debe de andar como él anduvo. (1ra de Juan 2: 6). Si tú andas como él anduvo, entonces tú eres un judío; porque él no fue cristiano. Entonces, la tarea que tenemos ahora es de explicarle al mundo; porque en el 666 dice que hay SABIDURÍA” (mayúsculas en el original). [1]
El trasfondo de toda esta declaración es que Miranda enseña que las únicas epístolas válidas e inspiradas son las del apóstol Pablo. Las otras epístolas son inválidas. Pablo fue el único de los apóstoles a quien le fue revelado el evangelio de la gracia. Miranda distorsiona la realidad histórica y bíblica para crear una cisma entre Pablo y los demás apóstoles, tomando ventaja de las diferencias initiales entre ellos respecto a la gracia y el entendimiento que tuvieron los primeros apóstoles en lo referente a la integración de los gentiles al cristianismo. Si bien es cierto que los apóstoles que anduvieron directamente con Jesús, en un principio mostraron vacilaciones, finalmente coincidieron con Pablo en las doctrinas de la gracia y predicaron el mismo evangelio de Pablo. Miranda rechaza, entre otras cosas, los Evangelios, y los escritos de Pedro, Juan y Santiago. ¿La razón del rechazo? Todas las enseñanzas en estos libros, incluyendo las de Jesucristo, pertenecen a la dispensación de la ley, no de la gracia, según “Papi” Miranda.
Miranda enseña que el primer anticristo fue Pablo. Juan, siendo enemigo de él, le llamó así porque supuestamente Pablo estaba hablando contra el Cristo que los apóstoles conocieron. Conviene aclarar que según Miranda, el Cristo encarnado es diferente al Cristo resucitado. El primero anduvo según la ley y el resucitado según la gracia. Por lo tanto, no debemos imitar al primero, sino al segundo. Obviamente, Miranda enseña que hay, como mínimo, dos Cristos.
La referencia a las palabras de Pablo: “Si a Cristo le conocimos según la carne, ya no le conocemos así” es tomada de 2 Corintios 5:16, verso que Miranda distorsiona para hacernos creer que Jesús antes de su crucifixión anduvo en la carne, en el sentido de no andar en la gracia sino en la ley, por lo tanto no es digno de que nosotros le imitemos. Conviene que leamos el pasaje:
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no le conocemos así. (2 Co. 5:16)
¿Dice Pablo en este verso que no debemos imitar o seguir a Cristo y sus enseñanzas antes de su muerte? ¿Qué significa realmente la expresión “no conocer a Cristo según la carne”? Pablo simplemente está diciendo que en el pasado, él consideraba a Cristo de la misma forma que un incrédulo lo conoce, o sea desde el punto de vista meramente humano (ver 1001 Bible Questions Answered, Pettingill y Torrey, New York: Inspirational Press, 1997, p. 45). Es claro además, que el contexto del pasaje no tiene nada que ver con el tema de la ley y la gracia, sino con el ministerio de la reconciliación a través del sacrificio de Cristo. El comienzo del versículo 16 y el enfoque aportado por el v. 17 son importantes para ver el punto de Pablo: como nuevas criaturas con la mente de Cristo ya no evaluamos a los hombres de la misma forma que lo hacíamos cuando estábamos en el mundo. Hoy los vemos como lo que son, almas perdidas sin Cristo. Sólo una mente retorcida como la de Miranda pudo concebir la idea de que Pablo estaba rechazando al Jesús encarnado para preferir al Jesús resucitado.
Continuamos con el razonamiento de Miranda: Juan notó que Pablo estaba contra Cristo, y en su celo acusó a Pablo de anticristo. La siguiente es la interpretación de la secta a este respecto:
1) Juan creó la palabra “anticristo” para describir la actitud de Pablo en contra de Jesús de Nazaret, porque Pablo decía que no hay que conocerlo en la carne.[2]
2) “Conocerlo en la carne” era equivalente a vivir por obras y ser un judío, ya que Jesús de Nazaret vivió en la carne, según la ley (él vino a cumplir la ley).[3]
3) “Conocerlo en la carne” era peligroso para los gentiles, por ello Pablo les advierte de no hacerlo.[4]
4) Juan se pone celoso y comienza a decir que ya hay muchos anticristos. Además, para refutar a Pablo, dijo que “hay que andar como él (Jesús en la carne) anduvo” (1 Jn. 2:6).[5]
5) Si ud. como cristiano anda como él anduvo, no podrá vivir por fe sino por la ley.[6]
6) Juan escribe que el anticristo viene (hablando de Pablo) y que “muchos anticristos han surgido” (1 Jn. 2:18). [7]
7) Todo el que creía a Pablo se convertía en un anticristo para Juan.[8]
El corolario a los puntos anteriores es la cita a continuación tomada de la página de Creciendo en Gracia:
“ANTICRISTO” significa una persona que está en contra de imitar a Jesús de Nazaret. Juan dañó esa imagen (Apocalipsis 13:15 al 18), además dijo que la marca de la bestia era seiscientos sesenta y seis (666), que es la triple ese: Salvos Siempre Salvos (SSS), marca que lleva Jesucristo hombre en su brazo derecho” (mayúsculas del original).[9]
Bueno, ahí lo tenemos, mediante una aberración interpretativa que separa al Cristo encarnado del Cristo resucitado, y adulterando el significado de la palabra “anticristo”, Miranda crea su propia telaraña doctrinal para atrapar ingenuos en el mundo hispano. Cuando Juan dice que el que le conoce “debe andar como él anduvo” (1 Jn. 2:6), no se refiere a que el cristiano debe cumplir con la ley, sino a que el verdadero cristiano debe vivir de acuerdo a los estándares morales de Cristo.
En lo relativo a la palabra “anticristo” conviene leer el pasaje:
“Hijitos, ya es el último tiempo, y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (1 Jn. 2:18).
El uso que hace Juan de la palabra “anticristo” en forma singular es definitivamente un calificativo para describir a un individuo que será la máxima expresión de la oposición a Dios. El uso de la conjugación futura confirma que es un personaje que vendría en el futuro, y no el apóstol Pablo, quien para el tiempo que Juan escribe la epístola (entre 90 y 100 d.C.) ya había muerto (68 d.C). El uso del término “anticristos” (plural) es una referencia a los falsos maestros que se oponen a la persona, doctrina y reino de Cristo. El contexto literario e histórico indica que Juan está advirtiendo sobre los primeros gnósticos de la historia. El gnosticismo fue la primera herejía que la iglesia de Cristo tuvo que combatir. Además de los gnósticos estaban los judíos que negaban que Jesús era el Mesías (1 Jn 2:22), algo que también hacían los epicúreos y los estoicos. Los gnósticos negaban la encarnación, razonando que Dios no pudo haber tomado forma humana porque según ellos todo lo material o físico era malo. Por ello Juan dice que “todo espíritu que no confiesa que Jesucrito ha venido en carne, no es de Dios: y este es el espíritu del anticristo …” (1 Jn. 4:3). Esta es una clara referencia a la creencia gnóstica de que Jesús sólo presentó la apariencia de tener un cuerpo, pero en realidad no lo tuvo.
Corresponde preguntarse, entonces, ¿se refería Juan a Pablo cuando usa la palabra “anticristo”? ¿Negó Pablo alguna vez al Padre y al Hijo (1 Jn. 2:22)? ¿Enseñó Pablo que Jesús no era el Mesías (1 Jn. 2:22)? ¿Que Jesús no tenía un cuerpo? ¿Que tuvo solamente una naturaleza divina? ¿Que no fue humano? Las respuestas a estas preguntas se contestan todas en el plano negativo, por lo tanto Juan no estaba refiriéndose a Pablo en ninguna manera.
Por último, para ser franco, no tengo la menor idea de cómo el 666 de Apocalipsis 13:18, hexakosioi hexekonta hexa, se convierte en SSS, o sea, Salvo Siempre Salvo. Pero habrá que esperar a que Papi Miranda nos revele el secreto. @
Notas:
1.http://www.creciendoengracia.com/calqueo/2007/Marzo_07_2007.html
2.http://www.creciendoengracia.com/capsulasdegracia/2007/04_revis_EL_ANTICRISTO_febrero2007.htm