Los últimos versículos del Evangelio de Mateo registran las palabras que Jesús dijera a “los once” y que en el mundo Cristiano conocemos como “la gran comisión”; por medio de la cual Nuestro Señor les ordenó a ir a todas la naciones con el propósito de hacer más discípulos.
Y al concluir de describirles específicamente lo que cada una de las partes de la misión encomendada involucraba; Jesús les hizo una promesa: “Y he aquí YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DIAS, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20)
Aproximadamente un mes y medio antes, estando en el aposento alto y después de haber cenado con sus discípulos, Jesús ya les había hecho una promesa similar: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté CON VOSOTROS PARA SIEMPRE” (Juan 14:16)
Sin embargo Mateo, nos dice que aunque los discípulos adoraron a Jesús ya resucitado, “algunos dudaban” (vs.17). Por lo tanto, el Maestro; que conocía muy bien a cada uno de sus discípulos, discernió el sentimiento que unos miembros del grupo albergaban en su corazón y entonces les garantizó con sus propios labios:”YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DIAS, hasta el fin del mundo.”
Posiblemente ningún lector, alguna vez hizo la conexión entre la similitud de las palabras de Jesús en último versículo del capítulo 28 del Evangelio de Mateo con las palabras que escribió David en el último versículo del Salmo 23: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán TODOS LOS DIAS de mi vida.” (vs.6)
En ninguna de las Biblias que poseo existe una referencia ya sea en Mateo 28:20 que me lleve al Salmo 23:6 o viceversa. Tampoco lo leí en ninguno de los comentarios bíblicos de autores reconocidos que forman parte de mi biblioteca de estudio.
Pero, cuando el Espíritu Santo hizo que yo pusiera mis ojos en el ultimo versículo del Salmo 23:6, para usarlo como plataforma para escribir este artículo, instantáneamente la tercera persona de la Triunidad, me recordó las palabras que Jesús expresara a sus discípulos en aquella ocasión muy cercana a Su ascensión al Padre.
¿Será que Nuestro Señor, en aquel momento tuvo la intención de que sus discípulos recordaran que El le había dado a David una garantía similar mil años antes? ¡No lo sé!
¿Será que alguno de sus discípulos recordó las palabras finales del Salmo 23, que estoy seguro lo sabían de memoria como la mayoría de los Cristianos? ¡No lo creo! Me atrevo a pensar que si así hubiera sucedido, Pedro se habría apresurado a “ladrar” antes que los demás.
¿Estoy pecando entonces, de faltarle el respeto al contexto general de las Sagradas Escrituras al conectar Mateo 28:20 con el Salmo 23:6? ¡Tampoco lo creo! ¿Porqué? El que hizo la promesa a los discípulos al final de Su ministerio, es el mismo Jesús del cual habla David y quien le prometió estar con él “TODOS LOS DIAS” de su vida.
Asimismo, tampoco creo que la promesa fue exclusiva para el rey o para los once, sino para todos los hijos de Dios. Así como mi “conexión” de ambos versículos es válida, también lo es la “extensión” de la promesa que encontramos en las palabras de David y Jesús.
¿Cómo es que David nos dice que Dios estará a nuestro lado “TODOS LOS DIAS” de nuestra vida?
El mismo David nos da la respuesta a nuestra pregunta: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán…”
Le recuerdo al lector que cuando Jesús pronunció las palabras que encontramos al final del Evangelio de Mateo, “algunos dudaban” o tenían cierta incertidumbre acerca de lo que su Maestro de lo profundo de su corazón deseaba transmitirles.
La expresión “ciertamente” es un sello de garantía que David le puso a sus palabras acerca de lo que había dicho anteriormente de Adonai y antes de concluir el Salmo 23 nos reconfirma que Su bondad y Su misericordia, nunca se apartarán ni de su vida, ni de la nuestra.
Spurgeon, refiriéndose al “bien y la misericordia” escribió: “Estos ángeles gemelos y guardianes estarán siempre a mi entera disposición y me seguirán TODOS LOS DIAS de mi vida. Me seguirán tanto en los días oscuros como en los días brillantes, en los días de ayuno como en los días de fiesta, tanto en los días sombríos del invierno como en los días alegres del verano. Su Bondad suplirá todas nuestras necesidades, y Su Misericordia todos nuestros pecados.”
No hay otra religión en el mundo, a excepción del Cristianismo que tenga un Pastor y Obispo que haya prometido a sus discípulos: “YO ESTOY CON USTEDES TODOS LOS DIAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO”
Y David, creyó con pasión que “Ciertamente…” así sería: “TODOS LOS DIAS, de su vida.”
Gracia y Paz
Sergio
“AMIGO DE JESUS”