Israel Derrotado – Cuando los monstruos triunfan

Israel Derrotado Cuando los monstruos triunfan por Pablo Santomauro  

No, Israel no acaba de perder una guerra, aunque el reciente conflicto con  Hezbolá bien pudo ser llamado una humillación. Más bien acaba de perder su  habilidad de negociar desde una posición moralmente superior, el sentido de  justicia y la capacidad  de evaluación objetiva.

Hace dos días Israel entregó cinco prisioneros integrantes de la organización  terrorista Hezbolá al gobierno del Líbano. Disculpen si no les llamo “luchadores  por la libertad” o “milicianos” como la prensa regular prefiere llamarles. El  más conocido de estos prisioneros es un asesino de niños de la peor calaña,  Samir Kantar.

Kantar fue parte de un ataque terrorista en 1979. Tenía 16 años de edad en ese  entonces. Habiendo zarpado de algún lugar del Líbano, este “tierno” jovencito  llegó en un bote con otros cuatro jóvenes a las playas del pueblito de Nahariya,  en el norte de Israel. Allí, envuelto en las sombras de la medianoche entraron  en un edificio de apartamentos y entre explosiones de granadas, andanadas de  balas y sus jubilosos gritos eufóricos, entraron a un apartamento y tomaron “prisioneros”  a un padre y su hija de 4 años y los arrastraron hasta la playa cercana. La  madre del niño tuvo éxito en esconderse junto con su hijita de 2 años en un  lugar de la vivienda y salvó su vida.

En la playa, Kantar ejecutó al padre de un tiro en la cabeza y lo arrojó a las  aguas. El mismo Kantar procedió entonces a golpear repetidamente con la culata  de su rifle la cabeza de la niña contra la roca, aplastando salvajemente su  cráneo. Mencioné antes que la madre salvó su vida al esconderse junto con su  hija de 2 años. La bebé pereció porque su madre, accidentalmente la sofocó al  tapar su boca para evitar ser descubiertas.

Hace apenas dos días, Samir Kantar, el infanticida, fue laureado como un gran  héroe en su país natal. Junto con los otro cuatro terroristas fue recibido con  una alfombra roja por parte del gobierno y algunas organizaciones políticas,  incluyendo Hezbolá (se pelean entre ellos pero cuando se trata de odiar a los  judíos son amigos del alma). El presidente, Michel Suleimán, con el primer  ministro Fuad Saniora a su lado, se dirigió a los cinco, que ocupaban una tarima  vestidos con uniformes de combate, como “los héroes liberados”. El acto fue  acompañado por la celebración de decenas de miles de libaneses que ondeaban  banderas y prorrumpían en gritos de victoria.  El gobierno declaró un feriado  nacional.

¿Conoce usted a Mahmoud Abbas? ¿El líder palestino “moderado” con quien Israel  está negociando la paz? Este caballero envió “bendiciones a la familia de  Kantar”. El vocero de la Autoridad Palestina, Abdul Rahman, deseó “calurosas  bendiciones a Hezbolá … en el día del retorno de los héroes de la libertad …  encabezados por el gran Samir Kantar”.

En medio del homenaje a los “héroes liberados”, Kantar, alentado por la  adulación de los corruptos políticos libaneses y de las masas no menos  despreciables de espectadores, tomó el micrófono y dijo: “Vuelvo de Palestina  sólo para volver a Palestina”. Nasralla, el líder de Hezbolá, luego de abrazar y  besar a Kantar, expresó: “Los tiempos de derrota se han ido. Hoy es tiempo de  victoria”.

Y tiene razón. Israel se bate en retirada. Todo lo que obtuvo a cambio fueron  los cuerpos de dos soldados raptados por las milicias de Hezbolá en 2006. Israel  necesita urgentemente un cambio en su liderazgo político. <>

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