En diferentes ocasiones he compartido que tengo dos versículos de las Sagradas Escrituras que son mis preferidos debido a que me han motivado como escribiera el apóstol Pablo a “proseguir a la meta”(Filipenses 3:4)
Uno es Isaías 40:8 que dice: “Secase la hierba, marchitase la flor; mas la PALABRA DEL DIOS NUESTRO PERMANECE PARA SIEMPRE”.
Las palabras del profeta, ya las he usado anteriormente como base para escribir un artículo devocional; de todas maneras me gustaría volver a enfatizar la segunda parte del mensaje que expone una verdad que debería ser “absoluta” para todo Cristiano y es que: “la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”.
El otro versículo de la Biblia que también atesoro en mi corazón se encuentra en el Salmo 119:30: “ESCOGI EL CAMINO DE LA VERDAD; he puesto tus juicios delante de mí”
Las palabras del Salmista, automáticamente deberían traer a nuestra mente, las palabras que Jesús enseñó a sus discípulos aquella noche en el aposento alto después de haber cenado con ellos y antes de ser entregado por Judas a una compañía de soldados romanos:
“YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD, Y LA VIDA; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
Si el enunciado que encontramos en Isaías 40:8, es una verdad “absoluta” y si las palabras de Jesús registradas en Juan 14:6, son también una verdad “absoluta”; entonces podemos deducir sin temor a equivocarnos que cuando el autor del Salmo 119 expresó haber “escogido el camino de la verdad”, él estaba proyectándose a Aquel que mil años después diría: “YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD, Y LA VIDA…”
No es de extrañar que la popular Oprah Winfrey, cuyo programa televisivo tiene una audiencia de 30 millones de personas en los Estados Unidos y que se ha convertido en la promotora más influyente de los pensadores de la Nueva Era (Wayne Dyer, M.Scott Peck, Marianne Williamson, Shirley Mac Laine, Miguel Ruiz, James Van Praagh y otros…) haya declarado:
“Hay muchos caminos para llegar a lo que Ustedes llaman Dios. ¡No es posible que solo haya un camino!
Pero, lo que sí da tristeza es leer en un artículo escrito por el Sr.Cky Carrigan, un profesor del Seminario Teológico Bautista que la influencia de Oprah Winfrey “ha alcanzado a convertir a personas cada día en cifras asombrosas, muchas de ellas de Iglesias Bautistas.”
Lamentablemente, hoy existen pastores y evangelistas que por no arriesgar perder su ranking de popularidad se les sube la presión arterial y se ponen a balbucear cuando algún periodista les pregunta: “¿Cree Usted que Jesús es el único camino para la salvación o para recibir la vida eterna? ¿Se van a perder los que no creen en Jesús? ¿Son los Cristianos los únicos poseedores de la verdad?
¿Debería la situación actual de la Iglesia sorprendernos? ¡No!
Jesús, en una ocasión estando en el monte de los Olivos, enseñó a sus discípulos las señales que ocurrirían antes de Su venida y les advirtió diciéndoles: “Mirad que nadie os engañe. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:4, 24)
La tragedia que está ocurriendo dentro del seno de algunas denominaciones consideradas fundamentalistas, uno la puede palpar entrando a las páginas digitales de los foros evangélicos, en donde se encontrará con personas acusando a los que todavía creemos y defendemos las “verdades absolutas” de la Biblia de: fariseos, fanáticos, radicales, racistas, etcétera.
A estos individuos siempre me gusta desafiarlos con la pregunta de qué acusarían a Jesús si en un programa de radio o televisión lo escucharan declarar:
“El Hijo a los que quiere da vida” (Juan 5:21) o “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36)
¿Qué es lo que ha pasado con éstas personas que yo ya no puedo considerar “mis hermanos”?
La respuesta es muy simple; ellos dejaron de creer que: “la Palabra de Dios permanece para siempre” y de que el “camino de la verdad” y de la salvación no se encuentra solo en Jesús.
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”