¿Todavía algún lector tiene la duda de que Dios escogió los hombres que más estamos familiarizados de la Biblia, no por su “carisma” sino por su “carácter”?
En el día de haber comenzado a escribir este artículo mi hijo mayor Sergio Pablo (futuro “Pepsicólogo”), me invitó a almorzar en uno de sus restaurantes preferidos y le comenté que estaba escribiendo una serie titulada “Carácter versus Carisma”.
Asimismo, siendo que es un estudiante serio de las Sagradas Escrituras, le pregunté cuál era su opinión respecto a si los hombres que Dios usó de la historia Bíblica; El los había escogido por su “carisma” o por su “carácter”.
Su respuesta fue inmediata: “Yo creo que Dios los escogió por su carácter y no por su carisma.” Seguidamente agregó que él pensaba que “ninguno de los hombres de Dios que aparecen en la Biblia tenían una personalidad carismática, con la excepción de David…”
Dejo en el aire la conclusión de la conversación que tuve con mi hijo respecto al tema que estamos abordando; debido a que la persona central de este artículo no es David, sino un hombre que se llamó Moisés, un nombre egipcio que significa “Sacado de las aguas”.
La Biblia nos dice que Moisés era “hermoso” (Éxodo 2:2).
La mayoría de los psicólogos, están de acuerdo en postular que generalmente las personas “carismáticas”, tienen “buena presencia o buena apariencia física”, la cual utilizan para ejercitar el “don de atraer y caer bien”.
¿Será que Dios eligió a Moisés para liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto porque era “hermoso”?
¡No lo creo! Pero, cuando lleguemos en esta serie de artículos al rey David, aprenderemos del mismo Dios, cuál es Su perspectiva en cuanto a la “buena presencia o buena apariencia física” con respecto a los hombres que El escoge para cumplir Su propósito aquí en la tierra.
¿Será que Dios eligió a Moisés por “su potencial personal”?
Moisés nos da la respuesta con otra pregunta que él mismo le hizo a Dios: “¿QUIEN SOY YO para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxodo 3:11)
Si Moi hubiera sido el típico “carismático” le hubiera dicho a Dios: “¡Yo soy, el hombre que estás buscando!”, sin antes analizar el peso de tal afirmación.
¿Será que Dios eligió a Moisés por “su preparación académica y el conocimiento que tenía acerca de El”?
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿CUAL ES SU NOMBRE?, ¿QUE LES RESPONDERÉ? Y respondió Dios a Moisés: Yo SOY EL QUE SOY. Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros…Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.” (Éxodo 3:13,14)
¿Tenía el lector conocimiento de que cuando Dios escogió a Moisés para sacar a Su pueblo de Egipto, Moisés no sabía ni siquiera el nombre de Dios?
La pregunta que le hizo Moisés a Dios, es una evidencia muy conclusiva, de que aunque el futuro líder de Israel se había educado en la corte de Faraón; es obvio que nunca participó de una Escuela Dominical ni en su niñez, ni en su juventud.
¿Será que Dios eligió a Moisés por “su poder de persuasión”?
“He aquí que ELLOS NO ME CREERÁN, NI OIRÁN MI VOZ; porque dirán: No te ha aparecido Jehová” (Éxodo 4:1)
Dios le dio a Moisés la solución mediante la prueba de la vara que traía en la mano y la prueba de meter la mano en su seno.
¿Será que Dios eligió a Moisés por “su elocuencia”?
“¡Ay, Señor! NUNCA HE SIDO HOMBRE DE FÁCIL PALABRA, NI ANTES, NI DESDE QUE TU HABLAS A TU SIERVO; PORQUE SOY TARDO EN EL HABLA Y TORPE DE LENGUA”
Una vez más, Dios le removió la excusa diciéndole: “¿Quién dio la boca al hombre?…¿No soy yo Jehová? Ve, y YO ESTARÉ CON TU BOCA, Y TE ENSEÑARE LO QUE HAYAS DE HABLAR” (Éxodo 4:10-12)
¿Recuerda el lector que en los artículos anteriores, compartí que las personas “carismáticas” tienen “seguridad en sí mismos y se sienten cómodos en su piel”?
¿Será que Dios eligió a Moisés por “su seguridad en sí mismo”?
Usted puede extraer su propia respuesta después de leer lo que Moisés le expuso a Dios:
“¡Ay, Señor! Envía, te ruego, por medio del que debes enviar. Entonces Jehová se enojó contra Moisés” (Éxodo 4:13, 14)
Moisés, a quien consideramos el autor de los cinco primeros libros de la Biblia, nos dice cuál fue el final de aquel encuentro que tuvo con Dios. El nos relata que Dios le ordenó presentarse delante de su hermano Aarón y que le dijera: “Tú hablarás a él, y PONDRÁS EN SU BOCA LAS PALABRAS, Y YO ESTARÉ CON TU BOCA Y CON LA SUYA, Y OS ENSEÑARE LO QUE HAYÁIS DE HACER. Y EL HABLARÁ POR TI AL PUEBLO; EL TE SERÁ A TI EN LUGAR DE TU BOCA, Y TU SERÁS PARA EL EN LUGAR DE DIOS” (Éxodo 4:15-16)
Y por las dudas, Dios le ordenó a Moi: ¡NO TE OLVIDES DE LA VARA CON LA CUAL HARAS SEÑALES!
El resto de la historia del gran líder de los hijos de Israel la conocemos; pero la pregunta todavía está en el foro del debate: ¿los logros de Moisés fueron obtenidos por su “carisma” o por su “carácter”?
“Por la FE Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón (y) se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:24-27)
Los hombres “carismáticos”, raramente están dispuestos a “ser maltratados”, o a “privarse de gozar de los deleites”; todo lo anterior está radicalmente en contra de la “seguridad que tienen en sí mismos” y de “sentirse cómodos en su piel”.
En el libro de Números leemos que: “aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”
La “mansedumbre” no la heredamos de nuestros padres, ni está escrita en nuestros genes; tampoco la aprendemos en ninguna institución educativa o la podemos recibir participando en un curso de superación personal.
La “mansedumbre” es un rasgo de “carácter” que el hombre de Dios, solamente puede adquirirla de una relación correcta con El. Pablo nos dice que es un “FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO” (Gálatas 5:23).
¿ “Carácter o Carisma ? ¿Qué es lo que Dios anda buscando en las personas?
(Continuará)
Gracia y Paz Sergio “Amigo de Jesús”