Las Sagradas Escrituras, no nos proveen mucha información acerca de los antecedentes biográficos de Elías, con la excepción de que era “Tisbita, de los moradores de Galaad” (1 Reyes 17:1), un área al este u oriente del río Jordán.
Pero, si bien es cierto de que no conocemos mucho de su historia personal, el nombre de su padre o de su madre, ni el registro específico de su llamado a servir a Dios; lo que sí sabemos es que Elías, es considerado uno de los más destacados profetas del Antiguo Testamento.
La historia Bíblica nos ubica en el reinado de Acab (874 a 853 a.C.), de quien se nos informa: “hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam…y tomó por mujer a Jezabel…y sirvió a Baal, y lo adoró. E hizo altar a Baal…que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera (diosa cananea de la fertilidad, esposa de Baal)…para provocar la ira de Jehová Dios de Israel” (1 Reyes 16:30-33)
“Entonces Elías”, aparece en la escena de la película delante de Acab, para anunciarle el castigo de Dios por su apostasía: “Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra” (1 Reyes 17:1)
El Evangelio de Lucas, nos informa que Jesús después de leer una porción del libro del profeta Isaías, estando en una sinagoga de Nazaret un día de reposo, hizo referencia a aquel acontecimiento diciendo: “En los días de Elías, el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra” (Lucas 4:25)
Tres años y medio después “vino palabra de Jehová a Elías, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra” (1 Reyes 18:1)
Un hombre “carismático” hubiera intentado persuadir a Dios argumentándole: “Dios mío, ¿no le parece que Su plan de “visitar” a Acab es una locura?”
¿Qué hizo el siervo de Dios? “Fue, pues, Elías a presentarse a Acab” (1 Reyes 18:2)
El relato continúa diciéndonos que el propósito por el cual Dios envió al profeta delante de Acab, no fue para que “se hiciera una gran fiesta en Israel, se negociara una tregua y Elías y Acab fumaran la pipa de la paz”.
El rey acusó a Elías de que estaba perturbando a toda la nación, a lo cual el profeta respondió sin temor: “Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales” (1 Reyes 18:18)
Inmediatamente, Elías le “ordenó” a Acab: “Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel” (1 Reyes 18:19)
Elías, confrontó (la confrontación no es un rasgo distintivo de una persona carismática)“a todo el pueblo, diciéndoles: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? ¡SI JEHOVÁ ES DIOS, SEGUIDLE!; y si Baal, id en pos de él” (1 Reyes 18:21)
El verdadero siervo y discípulo de Dios, sabe que no puede ofrecer nunca “más de dos opciones”: ¡O es JEHOVÁ, o es Baal! ¡O es VIDA ETERNA, o es muerte eterna! ¡O es Cristo, o es Satanás! ¡O es NUEVA JERUSALÉN, o es lago de fuego y azufre!
¿Hasta cuándo algunos que dicen ser Cristianos, seguirán creyendo que hay “más de dos pensamientos”, para “quedar bien o agradar”, al que no quiere ser obediente a la Palabra de Dios?
El final de la historia es conocido; Elías mandó prender a los profetas de Baal “y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló” (1 Reyes 18:40)
¿Qué es lo que hizo Elías? ¡Degolló a los profetas de Baal!
En el mundo de hoy, habría una gran multitud de creyentes que estuvieran alzando la voz en contra de la persona de Elías por su “falta de amor y de gracia”, su “inflexibilidad”, su “celo o fanatismo desmedido”, “etcétera”.
¿Qué tipo de persona era Elías? ¡Un hombre de “carácter”, por supuesto!
De otra manera, Dios no lo hubiera escogido “repentinamente” para presentarse delante del rey más impío y pervertido de su época. Tampoco Dios lo hubiera elegido para exponer el pecado de idolatría de toda una nación.
Elías, tenía una perspectiva correcta, de quién era Dios y quién era él: “Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, SEA HOY MANIFIESTO QUE TU ERES DIOS EN ISRAEL Y QUE YO SOY TU SIERVO, Y QUE POR MANDATO TUYO HE HECHO TODAS ESTAS COSAS. Respóndeme, Jehová, respóndeme, PARA QUE CONOZCA ESTE PUEBLO QUE TU, OH JEHOVÁ, ERES EL DIOS…” (1 Reyes 18:37)
Elías era un hombre de “carácter” y no un payaso que únicamente deseaba ser famoso agradando a las multitudes; sin importarle si todos estaban en su contra: “HE SENTIDO UN VIVO CELO POR JEHOVÁ DIOS DE LOS EJÉRCITOS. ¡SOLO YO HE QUEDADO! (1 Reyes 19:14)
Elías, dio honor a su nombre “Jehová es mi Dios” y como recompensa “subió al cielo” sin experimentar la muerte.
Nadie puedo expresar mejor lo que era Elías, como la viuda de Sarepta: “CONOZCO QUE TU ERES VARÓN DE DIOS, Y QUE LA PALABRA DE JEHOVÁ ES VERDAD EN TU BOCA” (1 Reyes 17:24)
Gracia y Paz Sergio A. Perelli “Amigo de Jesús”