Carácter versus Carisma – Parte 7

En el artículo número cuatro de esta serie, compartí parte de una conversación que había tenido con mi hijo mayor, cuando le pregunté cuál era su opinión personal de que si Dios había escogido a los hombres más reconocidos de la Biblia, por su “carisma” o por su “carácter”.

Su respuesta fue que él creía que todos los hombres que Dios había usado, fueron escogidos por su “carácter” y no por su “carisma”, aunque el pensaba que David fue un hombre “carismático”; pero seguidamente agregó: “pero cuando usó su “carisma”, sus acciones no agradaron a Dios…lo usó para hacer el mal”.

Pero, la pregunta sobre la mesa de debate es: ¿eligió Dios a David por su “carisma” o por su “carácter”?

Dios no escogió a David, porque él era “rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer” (1 Samuel 16:12). Si Dios así lo hubiera hecho, entonces Dios mismo hubiera contradicho el principio que El mismo estableció cuando le dijo a su siervo Samuel la razón por la cual había rechazado a Eliab.

No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque JEHOVÁ NO MIRA LO QUE MIRA EL HOMBRE; PUES EL HOMBRE MIRA LO QUE ESTA DELANTE DE SUS OJOS, PERO JEHOVÁ MIRA EL CORAZÓN(1 Samuel 16:7)

Dios seleccionó a David de entre los otros siete hijos de Isaí para ser ungido por Samuel, no por su “apariencia exterior” que es lo que generalmente atrae los “ojos del hombre”, sino por su “corazón”. La palabra “corazón”, en términos espirituales ( y con la debida aclaración de que puede ser usada negativa o positivamente )  siempre está relacionada con el “carácter” de una persona y no con ese “don natural de atraer, de magnetismo, de persuasión, de ángel, etcétera”, que son rasgos distintivos de una persona “carismática” pero no necesariamente de un hombre de “carácter”.

Y si algún lector tiene alguna duda, la Biblia nos dice que cuando Samuel le comunicó a Saúl que Dios lo había rechazado, lo hizo de la manera siguiente: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que El te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. JEHOVÁ SE HA BUSCADO UN VARÓN CONFORME A SU CORAZÓN, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó” (1 Samuel 13:13,14)

Mil años después, encontramos a Pablo en una sinagoga de Antioquia de Pisidia, levantándose y haciendo una señal de silencio con la mano para decir: “Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto; y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio. Después, como por cuatrocientos años, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl…por cuarenta años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: he hallado a David…VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN, QUIEN HARA TODO LO QUE YO QUIERO(Hechos 13:16-22)

Todos conocemos, que hubo un tiempo en que David “no hizo lo que Dios quería y conforme a Su corazón” y esto ocurrió en un período de su vida en el cual usó y abusó de su “don natural”, de su “poder de atracción o persuasión”, de su “ángel”, de su “carisma”; un período en total contraste con aquellos en los cuales “David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él” (1 Samuel 18:14)

El proceso comenzó sutilmente cuando huye de Saúl; y en su angustia y desesperación deja de confiar en Dios; y en dos oportunidades busca refugio y protección en Aquís un rey filisteo de Gat.

En la primera cuando el rey pagano recibe rumores de que David se había metido en el campamento filisteo, “tuvo gran temor…y cambió su manera de comportarse…y se fingió loco entre ellos…y dejaba correr la saliva por su barba” (1 Samuel 21:12-13). Aquís, ordenó expulsar al “loco” pero sin enterarse de que era el mismo que le había cortado la cabeza a Goliat. 

La segunda vez, Aquís le dio la ciudad de Siclag, pero con la condición de que lo ayudara a pelear en contra de sus enemigos.

¿Qué hizo David? La Biblia nos dice que por un año y cuatro meses, él y sus seiscientos hombres “asolaban el país, y no dejaban vida hombre ni mujer; y se llevaba las ovejas, las vacas, los asnos, los camellos y la ropas, y regresaba a Aquís. Ni hombre ni mujer dejaba David con vida para que nadie pudiera dar aviso y decir: Esto hizo David” (1 Samuel 27:9-11)

El pecado de falta de confianza de David en Aquel Dios que lo había llamado y ungido para ser rey de Su pueblo llegó a tal grado, que no tuvo ningún reparo en aceptar el ofrecimiento de Aquís de “pelear en contra de Israel”, a cambio de ser constituido en el brazo derecho de un rey pagano por el resto de su vida.

En otras palabras, David llegó a ser un exponente ejemplar de que: “el camaleón, cambia de colores según la estación”, algo muy típico en las personas “carismáticas” cuyo lema de vida es “el fin justifica los medios”.

El resto de la parte sombría de ése período en la vida de David en el que “no hizo lo que Dios quería y conforme a Su corazón”, concluye después de que se convirtió en el rey de todas las tribus de Israel; adulterando con Betsabé, humillando moralmente a Urías su esposo y finalmente creando el complot de mandarlo al frente de batalla para que fuera asesinado.

¿Pasó Dios por alto los horrendos actos de David porque era atractivo como Brad Pitt  o “carismático” y popular como Bill Clinton? ¡No!, ¡No, ¡No!

“Mas esto que David había hecho, FUE DESAGRADABLE ANTE LOS OJOS DE JEHOVÁ(2 Samuel 11:27)

Asimismo, Dios envió a Natán a David, no para invitarlo a cenar o para congraciarse con el rey (como muchos hacen en todas las iglesias con los que desobedecen a la Palabra de Dios); sino para confrontar su pecaminosidad:

“Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿POR QUE, PUES, TUVISTE EN POCO LA PALABRA DE JEHOVÁ, HACIENDO LO MALO DELANTE DE SUS OJOS? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada…Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol…mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá(2 Samuel 12:7-14)

David, recibió la voz del Espíritu Santo por medio del profeta Natán (algo que las personas “carismáticas” no tienen la tendencia a hacer) y dijo: “PEQUE CONTRA JEHOVÁ” (1 Samuel 12:13)

Sabemos que Dios perdonó el pecado de David y que tampoco lo castigó con su propia muerte; pero sí murió su primer hijo producto de la relación adúltera con Betsabé y una tragedia tras otra comenzó a caer sobre la familia del ungido de Dios.

¿Será que después de siete artículos, haya una persona que sinceramente pueda decirme que Dios escogió a los hombres de la Biblia por su “carisma”  y no por su “carácter”?

Si es así, le recuerdo estas palabras de Samuel:

“JEHOVÁ NO MIRA LO QUE MIRA EL HOMBRE, PUES EL HOMBRE MIRA LO QUE ESTA DELANTE DE SUS OJOS, PERO JEHOVÁ MIRA EL CORAZÓN” (Continuará)

Gracia y Paz
Sergio A. Perelli
“Amigo de Jesús”        

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