¿Pueden  los salvos ser borrados del Libro de la Vida?

¿Pueden  los salvos ser borrados del Libro de la Vida?

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida…” (Apocalipsis 3:5) ¿Hay aquí una afirmación de que el verdadero creyente puede perder la salvación?

De ninguna manera. El Libro de la Vida contiene los nombres de todos los vivientes en un momento u otro, tanto los justos como los injustos (Sal. 69:28). Apocalipsis 13:8 y 17:8 sugieren enfáticamente que los nombres de los salvos están escritos en el libro desde antes de la fundación del mundo – o sea antes de que hagan bien o mal. Por la gracia de Dios, ellos han sido escogidos en Cristo antes del comienzo de los tiempos (Ef. 1:4; Mt. 25:34).

Jesús dijo a sus discípulos que se regocijaran porque sus nombres estaban escritos en los cielos (Lc. 10:20). El verbo en griego está en el tiempo perfecto, lo que significa que puede ser traducido (como Kenneth West lo hace en su “Traducción Expandida”): “Vuestros nombres han sido escritos en el cielo y registrados permanentemente allí”. No creemos que Jesucristo haya dicho esto en Lucas 10:20 y luego se contradijera a sí mismo en Apocalipsis 3:5.

Si los nombres de los creyentes están escritos desde la fundación del mundo, y si Dios sabe todas las cosas, ¿por qué Dios escribiría el nombre de alguien que un día va a caer y tendría que ser eliminado del libro? Nosotros estamos inscritos en el cielo porque hemos nacido de nuevo (He. 12:23), y no importa cuán desobedientes seamos (y todos lo somos en una medida u otra), la persona no puede ser “desnacida”.

A medida que los incrédulos van muriendo, sus nombres son borrados del libro. Por lo tanto, en el final el libro contendrá solamente los nombres de los creyentes (Ap. 20:12-15). Es ahí donde el Libro de la Vida pasa a ser el Libro de la Vida del Cordero (Ap. 21:27), ya que sólo los salvos tendrán sus nombres escritos allí. Todos los demás habrán sido quitados, algo que Dios nunca haría con un verdadero hijo de Dios (Ex. 32:32; Ro. 9:3). Es un libro de vida, y los pecadores perdidos están muertos (Ef. 2:1)

El mismo Juan que escribió Apocalipsis, escribió en otros lugares acerca de la absoluta certidumbre de cada creyente en forma individual (Jn. 5:24; 6:35-37; 10:28, 29). De esto se desprende que cualquiera sea la forma en que se entiende Apocalipsis 3:5, no puede ser interpretado como que el creyente puede perder su salvación.

El teólogo John F. Walvoord señala que “mientras que el pasaje pudiera implicar que un nombre puede ser borrado del libro de la vida, en realidad está expresando una afirmación positiva de que sus nombres no serán borrados” (Walvoord and Zuck, eds., Bible Knowledge Commentary, New Testament, p. 938). El pasaje puede ser considerado, por lo tanto, no como una amenaza, sino como la seguridad de que los nombres de los salvos estarán siempre en el Libro de la Vida. Esto parece ser la substancia o la idea fundamental de lo que otros versículos comunican acerca del Libro de la Vida. <>

Pablo Santomauro

Ver:

Apocalipsis 3:5, “Bible Exposition Commentary”, Warren Wiersbie.

“The Complete Book of Bible Answers”, Ron Rhodes, pp. 193-94

Book your tickets