Otro Mito: La ”Tolerancia” del Islam

Otro Mito: La “Tolerancia” del Islam
por Pablo Santomauro

Mito: “Los judíos y los cristianos, como ‘pueblos del libro’, fueron protegidos y respetados en los territorios conquistados por las fuerzas del islam”.

Este eslogan propagandístico ya ha sido ampliamente refutado en el libro de la escritora Bat Ye’or (seudónimo) The Dhimmi: Jews and Christians under Islam (1985/2003), www.dhimmitude.org

El libro está exhaustivamente documentado. Su autora creció y vivió en Egipto observando de cerca el trato que reciben los no musulmanes, también llamados “infieles”. Recomendamos su lectura para el lector interesado en entender la mentalidad musulmana.

Dhimmi es el término árabe con el cual se denomina a aquellos que no son musulmanes pero viven en los territorios conquistados por el islam. En los tiempos en que los ejércitos del islam conquistaban nuevos pueblos, estos eran confrontados con la alternativa ya sea de convertirse, morir, o vivir como gente conquistada, i.e., dhimmis.

Vivir como un dhimmi significaba pagar altos impuestos y peajes, vivir como ciudadano de segunda categoría siempre rindiendo honores a sus vecinos musulmanes, y tener prohibido ejercer ciertas profesiones. En algunos casos significaba usar cierto tipo de vestimenta e insignias (Hitler aplicó esto más adelante) que los distinguía de los musulmanes, y no poder caminar por los mismos lugares que los musulmanes lo hacían. En ciertas situaciones, pasar a un musulmán por el lado equivocado podía provocar una golpiza de tremendas proporciones para el dhimmi.  Entre las reglas que se debían seguir hasta se encontraba la forma de montar una mula de cierta forma, de modo que el dhimmi se distinguiera de un musulmán.

El libro que recomendamos al comenzar señala correctamente que existieron durante la historia escasos y breves períodos de tolerancia cuando la dhimmitud  fue regulada, pero las regulaciones a menudo fueron pisoteadas o derogadas por los déspotas de turno. En algunos casos, el fanatismo y la cólera de los clérigos era suficiente para enardecer a las turbas musulmanas y lo que era una seguridad regulada, de un día para el otro se convertía en una pesadilla para los no musulmanes.

Del mismo modo, cuando la población musulmana expresaba su intolerancia o manifestaba su envidia por la prosperidad de los dhimmis (una sociedad donde la gente debe orar cinco veces al día no deja mucho lugar al progreso), las comunidades eran desalojadas, las mujeres violadas, y los niños eran secuestrados y forzados a convertirse. Rescates exorbitantes eran exigidos, y en el peor de los casos, poblaciones enteras de dhimmis eran masacradas ante la pasividad de las autoridades musulmanas.

Otro “cliché” propagandístico usado por los apologistas del islam y la mentalidad liberal de nuestros días consiste en promover la idea de que durante la historia, el islam permitió practicar otras religiones en los territorios conquistados. Este es otro ejemplo, dicen ellos, de la tolerancia del islam.

Para la mente realista, “tolerancia” e “islam” son términos imposibles de reconciliar. Para las masas ignorantes la idea de “tolerancia islámica” es fácil de digerir. Pero lo que es incomprensible es que académicos de occidente promuevan la idea.

En realidad, la tolerancia religiosa en los territorios conquistados por los mahometanos fue un mito. Un análisis objetivo muestra que las opciones manejadas por los califas en las naciones conquistadas fueron:

1. Exterminio total de los no musulmanes (esto hubiera causado más guerras, estancamiento del crecimiento económico, y la imposibilidad de seguir invadiendo más tierras).

2.. Permitir la libertad religiosa (lo que no sólo contradice el Corán, sino que en sus últimas consecuencias destruye las sociedades islámicas al promover los derechos humanos básicos que son negados en el islam).

3.. La doctrina del desgaste.

La opción número tres fue la escogida. Consistió en no prohibir la práctica de otras creencias, pero al mismo tiempo implantar restricciones humillantes a los judíos y cristianos, entre otros. Ya hemos mencionado algunas de éstas. En el sentido religioso estricto, algunas de las restricciones fueron: cargos de impuestos especiales sobre los edificios de las iglesias, las procesiones fueron prohibidas, así también como los toques de campanas y la construcción de nuevas iglesias y sinagogas. Muchos templos y sinagogas existentes fueron convertidos en mezquitas. Los cristianos no podían ingresar al ejército pero de todas maneras debían pagar impuestos para sustentar los ejércitos.

Algunas grupos cristianos de corte sacramentalista como los sirios, los caldeos y cópticos, aún viven dentro de este esquema. Decidieron someterse y ser regulados por los gobiernos musulmanes, y son hoy en día víctimas de su propia cobardía. Esto contrasta con la actitud de muchos cristianos protestanteshoy en día. En Sudán, algunos pastores son quemados por el gobierno islámico, sus esposas violadas y su niños vendidos como esclavos. Decidieron ser libres en Cristo antes que someterse.

Algunos casos de “tolerancia” musulmana durante la historia:

1. Diciembre 30, 1066 – El vizier judío de Granada, España, fue crucificado y el distrito judío arrasado, sus 5000 habitantes ejecutados. La turba fue provocada por las prédica inflamatoria de los predicadores musulmanes. El delito de los judíos: prosperidad económica.

2. 1465 – Hordas musulmanas en Fez, Marruecos, masacran miles de judíos. Sólo once sobreviven. Causa de la matanza: Un oficial de la ciudad de origen judío trató a una mujer musulmana de una “manera ofensiva”. Los asesinatos provocan una ola de sucesos similares por todo Marruecos. Fuentes: Norman Stillman, The Jews of Arab Lands, (PA: The Jewish Publication Society of America, 1979), p. 84; Maurice Roumani, The Case of the Jews from Arab Countries: A Neglected Issue, (Tel Aviv: World Organization of Jews from Arab Countries, 1977), pp. 26-27; Bat Ye’or, p. 72; Bernard Lewis, The Jews of Islam, (NJ: Princeton University Press, 1984) p. 158.

3. Otras masacres de judíos en tierras dominadas por los árabes ocurrieron en Marruecos en el siglo octavo, en el norte africano en el siglo 12, en Libia en 1785, Algeria en 1805, 1815 y 1830. Fuente:Stillman, pp. 59, 284.

4. Decretos promulgando la destrucción de sinagogas: Egipto y Siria (1014, 1293-4, 1301-2), Iraq (854­859, 1344), Yemén (1676), Marruecos (1275, 1465, 1790-92), Baghdag (1333, 1334). Fuente: Roumani, pp. 26-27.

5. La situación de los judíos en territorios del islam fue aun más degradante en el siglo diecinueve. Los judíos en el norte de Africa (Algeria, Túnez, Egipto, Libia y Marruecos) fueron obligados a vivir en guetos. En Marruecos, la comunidad judía fue forzada a caminar descalza o con calzado de paja cuando sus habitantes salían del gueto. Hasta los niños muslimes participaban en la degradación de los judíos, ya sea arrojando piedras o burlándose de varias formas. Fuente: G.E. Von Grunebaum, “Eastern Jewry Under Islam,” Viator, (1971), p. 369.  New York Times, February 19, 1947).

6. Desde las arenas de Egipto, pasando por Armenia y todo el territorio bizantino, el sur de Europa y llegando a España, se oyen aun los clamores de miles de pobladores que cayeron bajo la espada del islam. Las hordas musulmanas dejaron un reguero de sangre por toda la historia. Sumado a esto, la “doctrina de desgaste” tuvo un éxito total, al punto de que debido a la asfixia sobre los grupos cristianos a través de los siglos y hasta el presente, estos ha sido reducidos a grupos insignificantes en los países dominados por el islam. Por supuesto que en Arabia Saudí ni siquiera existen, y esto no debido a la doctrina del desgaste sino a la persecución fanática del régimen gobernante.

Lo anterior no es más que el vértice del témpano, podríamos continuar ad infinitum. Los desmanes continuaron durante todo el siglo veinte y en el presente. El espacio simplemente no alcanza para exponer los datos históricos.

Comentarios finales

Estas cosas no son ni siquiera mencionadas por los medios de comunicación masiva, las documentales de television y los intelectuales de occidente, que salvo honrosas excepciones, se caracterizan por una actitud sumisa y complaciente para con los desmanes de los gobiernos islámicos, la cobardía ante el terrorismo y el temor de ofender a los gobiernos islámicos al rehusar terminantemente reconocer el fundamento judeo-cristiano de nuestra civilización. Por supuesto que esto va acompañado por una serie de disculpas, ya sea por las Cruzadas, por la disparidad económica y otras cosas. Parte del paquete de sumisión son: las simpatías por la causa del pueblo palestino, el mismo que danzó en las calles cuando las torres gemelas fueron destruidas; la incriminación a Israel como culpable de la situación; la insistencia de que el islam es una religión de paz y que los terroristas no son verdaderos musulmanes; y finalmente, la proclamación de la eminente supremacía de la civilización muslime sobre la europea, adjudicando hipócritamente un origen islámico a las ciencias y las instituciones de occidente.

Esta actitud servil es similar a la del dhimmi cristiano que debía desmontar de su burro cuando se encontraba con un muslime, o cuando durante la época de la Palestina Otomana en el siglo diecinueve, tenía que caminar por debajo de la vereda para mostrar deferencia al muslime.  Este es el verdadero rostro de la “tolerancia” del islam.<>

Obras de consulta

* Bat Ye’or, The Dhimmi: Jews and Christians under Islam (1985/2003), Associated University Presses, Cranbury, New Jersey.
* Valentín Gonzalez, El Desafío del Islam, Clie

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