La Iglesia Emergente y la Oración Contemplativa
Entre las tantas enseñanzas antibíblicas del movimiento de la Iglesia Emergente encontramos la Oración Contemplativa, también llamada Oración Concentrada u Oración de Silencio. La oración contemplativa es una práctica de oración mística que lleva o induce estados alterados de consciencia y es a menudo empaquetada con terminología cristiana [1]. Es una práctica meditativa donde sus practicantes se enfocan en una palabra y la repiten una y otra vez (en silencio) durante todo el curso del ejercicio. De acuerdo con el sacerdote católico Thomas Keating, así es como se hace: “Elige una palabra sagrada como el símbolo de tu intención para ingresar a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Sentado confortablemente y con los ojos cerrados, reposa brevemente y en silencio introduce la palabra sagrada, como el símbolo de tu consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Cada vez que te vuelvas consciente de los pensamientos, regresa siempre tranquilamente a la palabra sagrada. Al final del período de oración, permanece en silencio con los ojos cerrados por un par de minutes”. [2]
Quizá la mejor forma de comprender lo que es la oración contemplativa es conociendo sus raíces. En realidad se trata de la antigua práctica de las filosofías orientales llamada “meditación”. Esta práctica pagana fue retomada y adaptada más adelante por místicos católicos como Madame Guyon, Santa Teresita, el Padre La Combe, Monsier de Molinos, el Arzobispo Fenelón, San Juan de la Cruz y otros místicos del pasado.
Estos “santos” afirmaban que la oración de silencio es un movimiento de interiorización, en la que el orante se entrega a Dios que habita en su interior. Ya no razona acerca de Dios, sino que se queda a solas con Dios en el silencio, y Dios va haciendo en el alma su trabajo de Alfarero para ir moldeándola de acuerdo a Su Voluntad. La contemplación consiste en ser atraído por el Señor, quedarse con El y dejarle que El actúe en el alma.[3]
¿Es la Meditación o Contemplación una práctica aceptable para el cristiano?
La respuesta es: “Depende de que tipo de meditación estemos hablando”. Muchos místicos de diferente extracción dicen que la meditación que ellos practican tiene base bíblicas. Algunos citan el Salmo 1 donde se dice que el creyente “medita día y noche”. Lo que se pasa por alto es que el objeto de esa meditación es la ley de Jehová (i.e., su Palabra). El versículo va así: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita día y noche”.
Existe una gran diferencia entre meditar en la Palabra de Dios y la meditación mística, donde el objetivo es “sentir” a Dios en una unión mística con la divinidad. La meditación de la que habla el salmo consiste en llenar la mente con la Palabra de Dios. La meditación de los místicos y la Iglesia Emergente consiste en buscar vaciarse para ser poseídos por Dios. Esto último tampoco se trata de lo que la Biblia llama la “llenura del Espíritu Santo”, sino de una experiencia introspectiva de naturaleza psico-emocional caracterizada por visiones, revelaciones, y sensaciones de éctasis en la “presencia de Dios”.
Madame Guyon lo ponía de esta forma:
“Meditación, que es el otro método, debe ser practicada en el tiempo apropiado, y no durante el tiempo de lectura. Yo creo que la mejor forma de meditar es la siguiente:
Cuando por un acto de fe viva usted es puesto en la presencia de Dios, lea una verdad donde haya sustancia; pause gentilmente de ahí en adelante, no para emplear la razón (subrayado nuestro), sino solo para fijar la mente; observando que el principal ejercicio debe ser siempre la presencia de Dios, y que el sujeto, por lo tanto, debe ser para detener la mente y no para ejercitarla en el razonamiento. Entonces, permitamos una fe viviente inmediatamente presente en la parte más profunda de nuestra alma, producir un ferviente hundimiento en nosotros mismos, impidiendo que nuestros sentidos se dispersen. Esto sirve para liberarnos en primera instancia de numerosas distracciones, para alejarnos bien de objetos externos, y traernos más cerca de Dios, el cual sólo puede ser encontrado en nuestro centro más íntimo, el cual es el lugar santísimo , donde el vive …..” —- Madame Guyon, Método de Oración,http://homechurch.org/spirituality/guyon_prayer.html
Por si no quedó claro que ella recomienda altamente el NO uso de la razón, he aquí otra cita de Madame Guyon:
Aparta de ti toda reflexión, pues verás que te resulta difícil razonar cómo Dios te guía. Si te has empeñado en perseguir a la razón, puedes llegar a ser todo un experto en ello, y puedes llegar a convencerte a ti mismo de seguir tu propio camino. O peor, razonarás que estás siguiendo a Dios. — Torrentes Espirituales, Capítulo 17
Observemos ahora la siguiente cita, más breve, la cual confirma que el cristiano debe vaciarse por completo, entendiéndose por ello, ser poseído por Dios totalmente:
“Debes entender que el camino de la cruz – este camino de dejarte ser vaciado por completo – es un camino repleto de áridos desiertos …” — Torrentes Espirituales, Capítulo 12.
Como vemos estamos hablando de dos tipos de meditaciones totalmente diferentes. Siguiendo el diagrama presentado por Norman Geisler y Ron Rhodes, apologistas de gran reputación, en su libro “When Cultists Ask”, pongámoslo de esta forma:
MEDITACION CRISTIANA | MEDITACION MISTICA | |
OBJETO | La palabra de Dios | El centro del alma |
PROPOSITO | Adorar a Dios | Unirse a Dios |
MEDIOS | Revelación divina | Intuición humana |
ESFERA | A través de la razón | Mas allá de la razón |
PODER | La gracia de Dios | El esfuerzo humano |
EXPERIENCIA | Realidad objetiva | Impresiones subjetivas |
ESTADO INMEDIATO | Concentración | Trance o écstasis |
When Cultists Ask, Geisler and Rhodes, p. 61
Como vemos, existe una diferencia radical entre vaciar la mente y llenarla con la Palabra de Dios. También debemos señalar que otra gran diferencia entre la meditación cristiana y la meditación mística, es que la primera es realizada a través de la gracia de Dios, y la segunda a través del esfuerzo humano.
Dios nos ha dado las Escrituras porque quiere que usemos nuestras mentes. Debemos amar al Señor nuestro Dios con toda nuestra mente (Mt. 22:37). El misticismo es un callejón sin salida y no puede ser apoyado por la Biblia. La meditación bíblica real no es acerebral ni egocéntrica, sino enfocada en Dios, en Sus obras y Sus caminos (Sal.1; Jos. 1:8). La palabra hebrea “meditación” significa ponderar o hilar ideas en la mente. La llave para la santificación del hombre es la sujeción a la voluntad de Dios expresada en su Palabra mediante la obediencia práctica en agradecimiento a El. La Biblia nos enseña a estar quietos y silenciosos delante de Dios, pero no pasivos y vacíos mentalmente.<>
Pablo Santomauro
1) http://www.lighthousetrailsresearch.com/cp.htm
2) http://www.gotquestions.org/Espanol/oracion-contemplativa.html
3) http://www.buenanueva.net/oracion/3_6_1contemplaFormas.htm