“Orando & Empujando”
Parte: VII
En el artículo previo, resalté la persona del Apóstol Pablo como alguien que vivió el lema de esta serie que titulé “Orando & Empujando”; pero para ser honestos, todos los hombres que admiramos de la Biblia fueron de “Orar & Empujar”.
Y en ocasiones, algunos de ellos como fue en el caso de Moisés y Elías, cuando pasaron por tiempos de desánimo y estuvieron al borde de rendirse; siendo que Dios conocía que eran hombres de carácter, El mismo los motivó a continuar “empujando”.
Me voy a limitar en esta oportunidad a solamente escribir algunos versículos de los muchos que encontramos en las cartas de Pablo, con el fin de comprobar que el “empujar” corría por las venas de aquel siervo de Dios.
“Seguid lo bueno…en lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; constantes en la oración.” (Romanos 12:9,11-12)
“Y esto conociendo el tiempo, que es hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos…vistámonos las armas de la luz.” (Romanos 13:11,12)
“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene…corro no como a la ventura…peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9:25-27)
“No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos si no desmayamos.” (Gálatas 6:9)
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” (Efesios 5:15)
“Compórtense como es digno del evangelio de Cristo…firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados.” (Filipenses 1:27,28)
“Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor…asidos de la palabra de vida.” (Filipenses 2:12,16)
“Prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús…una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio…” (Filipenses 3:12-14)
El énfasis en las palabras de exhortación del Apóstol Pablo no necesita ninguna explicación adicional; pero sí requieren una autoevaluación de cuál es nuestra perspectiva de lo que significa ser un verdadero discípulo de Jesús.
El ser miembro de una iglesia, no necesariamente lo hace a uno Cristiano; como el tampoco la afiliación a un gimnasio convierte a una persona en un atleta. (Continuará)
Gracia y Paz Sergio “Amigo de Jesús”