12 HORAS
Parte: II
Si el lector ha leído la primera parte de 12 HORAS, se ha encontrado que mi enfoque fue la descripción de mi experiencia en la sala de emergencia de un hospital: “entre doctores, enfermeros, paramédicos, enfermos y acompañantes de enfermos; con sirenas de ambulancias como música de fondo, una ciudad en medio de otra ciudad, con gente que va y que viene, con una población unida por el dolor”.
Asimismo, concluí con una pregunta:
¿Y desean saber de quiénes me acordé?
Durante aquellas 12 HORAS, dos nombres vinieron a mi mente: los de Adán y Eva.
El libro de Génesis nos dice: “Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó…Y los bendijo Dios…Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera” (1:27, 28, 31)
Dios creó a Adán y Eva a Su imagen, los colmó de bendiciones a tal grado que el autor del primer libro de la Biblia no tuvo otras palabras para expresar lo que Dios hizo por ellos al crearlos que la de “¡EN GRAN MANERA!”
Pero todos conocemos el final de la película de la historia de Adán y Eva durante su residencia en el Jardín del Edén. El diablo plantó en el corazón de ellos (primero en el de la mujer para ser fiel al relato Bíblico), la semilla del descontento y ambos comieron del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Entre todas las consecuencias trágicas que vinieron como resultado del pecado original de Adán y Eva, aparece por primera vez en el vocabulario de las Sagradas Escrituras las palabras: “itstsabón” y “étseb” (2:16, 17)
A pesar de que ambas palabras aparecen en la mayoría de la versiones del idioma castellano como “dolor”, el mismo vocablo en el idioma hebreo encierra también las palabras: “preocupación” y “tristeza”.
¿Se da Usted ahora cuenta de porqué me acordé de Adán y Eva durante el transcurso de mis 12 HORAS en una sala de emergencia?
Pero estoy seguro que yo era la única persona que me acordé de los nombres de nuestros primeros padres durante la experiencia vivida; como también vinieron a mi memoria las palabras que escribiera el Apóstol Pablo:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la MUERTE, así la MUERTE pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12)
¿Qué hubieran sentido Adán y Eva, si me hubieran acompañado aquellas 12 HORAS?
No tengo la menor duda que mucho “dolor” y “tristeza” en sus corazones y se hubieran mirado el uno al otro y dicho: “¡Deberíamos haber obedecido la Palabra de Dios!” (Continuará)
Gracia y Paz Sergio “Amigo de Jesús”