‘MIS AMIGOS” LOS ADVENTISTAS DEL SEPTIMO DIA – Parte III

“MIS AMIGOS” Los Adventistas Del Séptimo Día

Parte: III

¿Qué era lo que estaba haciendo en el atardecer de aquel Viernes en el balcón del apartamento en el cual residía en aquel período tan lúgubre de mi vida?

Yo estaba “recibiendo el día Sábado” como se dice en la jerga popular del lenguaje Adventista, acompañado por la música clásica que brotaba de un trío de cuerdas de miembros de la Orquesta Sinfónica de Los Angeles, de los cuales uno de ellos vivía en el apartamento contiguo al mío.

Fue en aquel momento, que bañado en lágrimas y clamando a Dios por Su dirección en mi vida espiritual que el Espíritu Santo me recordó unas palabras que en algún momento de la vida de Lutero también florecieron en su mente:

JUSTIFICADOS, PUES, POR LA FE, TENEMOS PAZ PARA CON DIOS POR MEDIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO” (Romanos 5:1)

Y así como se ocultaba el sol en el firmamento del Sur de California, así también una nueva estación comenzaría en mi vida en cuanto a mi relación con Dios y Su Iglesia; y que ésta no es la Iglesia Adventista del Séptimo Día, porque la Iglesia Verdadera de Jesús no está fundada sobre el mármol frío y muerto de la ley por la cual ningún hombre será justificado delante de Dios, sino sobre JESUS LA ROCA DE LA SALVACION.

Asimismo, el Espíritu Santo me mostró que Dios tiene un pueblo fiel a la Palabra de Dios en todas las iglesias, y que un día estarán en la Nueva Jerusalén no por la observancia del Sábado ni del Domingo sino por la SANGRE PRECIOSA DE JESUS DERRAMADA EN LA CRUZ DEL CALVARIO.

A medida fueron pasando los años, mis contactos con pastores, obreros o miembros de la Iglesia Adventista se hicieron cada vez más esporádicos, a excepción del matrimonio americano que compartió el Evangelio (versión Adventista) viviendo yo en Uruguay en el año 1974 y que hasta el día de escribirse esta serie de artículos ella todavía vive en una comunidad a las afueras de Orlando, Florida; con los cuales hemos intercambiado algunas visitas, llamadas por teléfono, correos electrónicos y las clásicas tarjetas en la época Navideña.

En algunas ocasiones entre los años 1985 y 1999, fui invitado con mi esposa a celebraciones especiales en la Universidad de Loma Linda, en la Universidad de la Sierra, a encuentros de graduados de la Universidad Adventista del Plata, aniversarios de la Voz de la Esperanza y eventos en algunas iglesias locales y tengo que confesar con agrado que no fuimos tratados como “gentiles” o “inmundos”, quizás porque ya no podían sacar más leña del árbol caído.

En todo ese tiempo, una sola vez recibí la visita de un pastor de una iglesia ubicada en una ciudad vecina a la que un servidor vive, que acompañado de su papá se sentaron en uno de los sillones de nuestra sala de estar y me dijeron: “Sergio…no nos vamos a ir hasta que nos niegues en nuestra cara que el día Sábado es el día de reposo”.

¡Cuál fue la sorpresa que recibieron cuando les contesté: El día Sábado es el día de reposo…pero para los JUDIOSy como yo no lo soy, Pablo dice que “no estoy bajo la ley, sinobajo la gracia”  (Continuará)

Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”

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