Una VENTANA al PARAISO

Una VENTANA al PARAISO

Autor: Sergio A. Perelli

A mi criterio personal, Costa Rica y Guatemala, son dos de los países más pintorescos en Centroamérica, por su relieve geográfico.

En mi último viaje a Guatemala, una familia muy querida para mi persona y que reside en el país mencionado; me llevó a conocer Panajachel.

Panajachel, fundada en el año 1684, es una pequeña población de aproximadamente 11,000 habitantes ubicada en la región que se conoce como el Altiplano Guatemalteco, a unos 145 kilómetros al Oeste de la ciudad capital.

La ciudad en sí misma, no tiene ningún atractivo; pero como lo dice el título de mi artículo, Panajachel es: “Una VENTANA al PARAISO” (1)

¿Por qué?

Panajachel, se encuentra a orillas del Lago Atitlán al cual el escritor británico Aldous Huxley, declaró ser: “El lago más bello del mundo”; aunque algunos podrán argumentar que el Lago di Como en los Alpes de Italia se debería llevar tal honor.

Se encuentra a casi 1,600 metros de altura sobre el nivel del mar (5.245pies) y frente a un archipiélago espectacular formado por tres volcanes: Atitlán (3.537 msnm),Tolimán (3.158 msnm), y San Pedro (3.020 msnm)

El Lago Atitlán, recibe su nombre del dialécto Kaqchikel-Maya y significa: “Lugar en donde el Arco Iris obtiene sus colores” y es por tal razón que también se lo conoce como el “Lago de los siete colores”, debido al cambio de color que se puede apreciar en sus aguas dependiendo de la hora del día.

“Tierra entre montañas, clara y fría tierra de cielo azul tan transparente” (2)  “Viste un traje de esplendor eterno, reina de las cumbres y sultana no hay paisaje tierno de azul de paz y luz Panajachelense” (3)

Pero, a pesar de que al Lago Atitlán se lo considere “El Edén en la Tierra de Guatemala” (4)  o “lo más cercano que existe en la Tierra al Paraíso” (5); sus multicolores aguas también han sufrido las aflicciones de la contaminación ambiental.

Las toxinas producidas por un alga llamada ‘cianobacteria’, que amenaza la fauna y pone en riesgo la salud humana, en el año 2009 llegó a invadir 4.774 hectáreas del lago, es decir el 39% del manto acuífero.

El Apóstol Pablo escribió a los Romanos:

EL ANHELO ARDIENTE DE LA CREACION ES EL AGUARDAR LA MANIFESTACION DE LOS HIJOS DE DIOS….PORQUE TAMBIEN LA CREACION MISMA SERA LIBERTADA DE LA ESCLAVITUD DE CORRUPCION, A LA LIBERTAD GLORIOSA DE LOS HIJOS DE DIOS. PORQUE SABEMOS QUE TODA LA CREACION GIME A UNA, Y A UNA ESTA CON DOLORES DE PARTO HASTA AHORA; Y NO SOLO ELLA, SINO QUE TAMBIEN NOSOTROS MISMOS, QUE TENEMOS LAS PRIMICIAS DEL ESPIRITU, NOSOTROS TAMBIEN GEMIMOS DENTRO DE NOSOTROS MISMOS, ESPERANDO LA ADOPCION, LA REDENCION DE NUESTRO CUERPO” (8:19, 21-23)

Gracias a la rápida y eficaz intervención de organizaciones estatales y privadas de Guatemala, es que se pudo contrarrestar una propagación más extensa de la contaminación invasiva en las aguas profundas y verdeazuladas del Lago Atitlán; pero la amenaza seguirá latente hasta que toda “LA CREACION SEA LIBERTADA DE LA ESCLAVITUD DE CORRUPCION (CONTAMINACION), A LA LIBERTAD GLORIOSA DE LOS HIJOS DE DIOS”.

Pero mientras aguardamos ése día, yo doy gracias a Dios que Su Creación todavía nos habla de Su Gloria y que en el Lago Atitlán todavía podemos ver: “Una VENTANA al PARAISO”.

(1) Panfleto promocional del Hotel Atitlán
(2-3) Autores desconocidos
(4-5) Melody Moser, “El Edén en la Tierra de Guatemala”, Revista Taca Explore

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