¿ PASTORES O PLOMEROS? Parte 13

¿PASTORES PLOMEROS?

Parte: XIII

Autor: Sergio A. Perelli

En la parte XII de esta serie, expuse algunos tipos de llamadas que recibí mientras respondí personalmente por algunos años, a un anuncio clasificado que teníamos en una revista de la comunidad; y como lo expresé anteriormente podría llenar varias páginas compartiendo mis experiencias como recepcionista de nuestro ministerio.

Un gran número de llamadas, provenían de personas que solamente querían saber si teníamos un día semanal en nuestra iglesia para dar alimentos o ropa a personas ‘necesitadas’.

La realidad es que nunca me sentí inclinado a tener este tipo de ministerio, por la razón que al menos en mi experiencia personal el 99% de las personas que vienen ése día, no se aparecen más a las actividades generales de la iglesia y cuando les he preguntado el porqué me han respondido: ‘Nosotros somos católicos, y nuestra religión no nos permite congregarnos en otra denominación’. Y otros, me responden: ‘Nosotros vivimos muy lejos y no tenemos quien nos traiga a la iglesia cuando tienen reuniones’.

Obviamente, que no me voy a poner a argumentar con las personas y confrontar sus ‘excusas’ que en realidad como dice un pastor-evangelista son ‘mentiras disfrazadas’; y prefiero poner en práctica el refrán que dice: ‘a palabras necias, oídos sordos’ o las palabras de una de las tantas frases célebres de Jesús: “Deja que los muertos, entierren a sus muertos”.

Así que he decidido, que cuando tengo la oportunidad de conseguir donaciones de alimentos; proveer de los mismos a los de ‘casa’ y bendecir a aquellos que se congregan y apoyan nuestro ministerio, entre los cuales también existen personas con necesidades materiales.

En una oportunidad me llamó una señora con su teléfono celular y desde su automóvil para decirme: ‘Mi esposo me echó de la casa con mis dos hijos, y deseo saber si nos puede dar alojamiento en su iglesia o en su casa’. Cuando le respondí que no podía hacer ninguna de las dos cosas, pero que sí le podía proporcionar la información de algunas organizaciones que tenían la capacidad de atender a su necesidad, furiosamente me dijo: ‘¿No sabe Usted el calor que hace en el día de hoy? ¡Usted es el que debería solucionar nuestro problema ahora mismo…por eso Dios me hizo llamarlo!’

¡Qué hermosa ‘ovejita’ para ser parte de nuestra congregación!

También, recuerdo la llamada de un señor que según él, los acababan de desalojar de su casa y no tenía trabajo. Asimismo, me comentó de que había decidido mudarse a otro estado, y aprovechó para pedirme si la iglesia no le podía pagar las tres noches de hotel que él estimaba iba a necesitar en su viaje desde la ciudad en donde se encontraba, hasta su destino final.

Yo solamente me he limitado a compartirle al lector mis experiencias basándome en la categoría de películas G, PG y PG13; porque tuve varias clasificadas R, no por el contenido sexual, sino por su ‘violencia verbal’, con la debida aclaración que no fue de mi parte.

Las historias que he compartido, pueden ser que nos provoquen una risa en nuestros labios; pero un mismo tipo de gente han sido parte de alguna iglesia o lo son en el presente.

H.B. London y Neil B.Wiseman, en el libro El Pacto Pastoral, los llama ‘aguafiestas’ por su carácter de amargados, quejosos, murmuradores, contenciosos, y divisionistas; por mencionar algunas ‘virtudes’, de estos instrumentos del diablo, que mortifican la vida del pastor y entenebrecen la paz en el Cuerpo de Cristo. (Continuará)

Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”

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