“Ovejas Sin Orejas”
Parte: II
Autor:
Sergio A. Perelli
“Si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos” (Exodo19:5)
La expresión “si diereis oído a mi voz”, es una manera por la cual Dios le dijo al pueblo de Israel ‘si fueras obediente a mi palabra…’; pero la triste realidad presentada en todo el Antiguo Testamento acerca de Israel, es que fue “un pueblo de DURA CERVIZ”.
¿No será que la Iglesia del Siglo XXI, tiene la misma deficiencia espiritual, que hasta el día de hoy todavía prevalece en el pueblo de Israel?
Todos los mensajes dirigidos por Jesucristo a las siete iglesias que encontramos en los capítulos 2 y 3 del libro de El Apocalipsis concluyen de la misma manera:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”(2:7; 2:11; 2:17; 2:29; 3:6; 3:13; 3:22).
La mayoría de los comentaristas concuerdan que aunque el propósito inmediato del mensaje del Apocalipsis, fue el de dar ánimo a los creyentes del primer siglo que vivían en las ciudades mencionadas y pertenecientes a la región del Asia Menor; cada iglesia también representa un período específico de la historia de la Iglesia Cristiana, aunque no tenemos evidencias concretas que podamos extraer del mismo texto para confirmar o verificar tal interpretación de orden espiritual.
En tal caso, la Iglesia de Efeso, que es la primera iglesia de la serie, representaría la Iglesia Apostólica o la Iglesia del Siglo I; y la Iglesia de Laodicea, que es la última de las siete, estaría enmarcada dentro de la historia de la Iglesia en los últimos días y es para ésta iglesia que el testigo fiel y verdadero tiene el siguiente mensaje:
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (3:15-17).
No voy a entrar a comentar en detalle sobre la problemática espiritual de la Iglesia de Laodicea; pero básicamente podemos notar que es una iglesia arrogante y autosuficiente, a la cual Nuestro Señor no tiene ningún reparo en acusarla de“desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda”.
Si en el día de hoy Jesús fuera pastor de una iglesia y dijera tales palabras desde el púlpito, me atrevo a asegurar que un gran número de personas de la congregación buscarían otra iglesia para asistir al Domingo siguiente.
La Iglesia del Siglo XXI, no quiere corrección sino motivación. La Iglesia del Siglo XXI no quiere prosperidad espiritual sino prosperidad material. La Iglesia del Siglo XXI, no quiere reprensión sino diversión.
Jesús prosiguió con una exhortación a la iglesia en cuestión:
“Yo te aconsejo que de MI compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”(3:18,19).
¿Arrepentimiento? ¡Esta es una mala palabra para la Iglesia del Siglo XXI, como lo es también estudiar la Biblia!
Pero Jesús, le dice a la Iglesia de Laodicea: “¡Arrepiéntete!” y una cosa más: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; SI ALGUNO OYE MI VOZ y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (3:20).
La solución que Dios ofreció al pueblo de Israel para su problemática espiritual: “si diereis OIDO a mi voz…” (Exodo19:5); es la misma solución que Dios tiene para la Iglesia de los últimos días: “si alguno OYE mi voz”.
En el capítulo 10 del Evangelio de Juan, Jesús describió las características de un verdadero seguidor de El y una de ellas es:“MIS OVEJAS OYEN MI VOZ”.
Las iglesias de hoy tienen muchas personas demandando a los pastores que presten sus oídos y escuchen sus ingeniosas excusas de porque no son fieles a Dios y a Su Palabra.
¿No será que este tipo de “Ovejas Sin Orejas”, lo que más necesitan es que se los amoneste a comenzar a OIR LA VOZ DE DIOS?
“El que tiene OIDOS, OIGA lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 3:22)
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”