¿A Quién Iremos?
Parte: II
Autor: Sergio A. Perelli
Un día después de que Jesús realizó el milagro de multiplicar cinco panes y dos peces con el fin de alimentar una multitud de cinco mil varones; un buen número de personas “fueron a Capernaum, buscando a Jesús. Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?” (Juan 6:24, 25).
Posiblemente, la mayoría de los que vinieron a buscar a Jesús, eran los que un día antes, se habían propuesto “apoderarse de El y hacerle rey” (6:15).
¿Cómo reaccionó Jesús al plan de la multitud?
En ninguno de los Evangelios podemos ver que nuestro Señor se quedó a dar entrevistas a los medios de comunicación o a firmar autógrafos a la gente; pero Mateo, Marcos, Lucas y Juan, sí concuerdan en dejarnos saber que Jesús se retiró a orar solo.
Hace varios años atrás, un hombre de preeminencia en el mundo de los negocios y profeso Cristiano, me invitó a asistir a un seminario que se llevó a cabo en un hotel de cinco estrellas del sur de California.
Todavía conservo en mi biblioteca una copia autografiada del libro que recibimos todos los participantes, de parte de un reconocido exponente de la Teología del Pensamiento Positivo y de la Prosperidad y en uno de sus párrafos dice:
“El espíritu de liderazgo surgirá de su auto-definición. Su auto-imagen determina el nivel de su auto-estima y valor. Su auto-estima determina como vive su vida. En el análisis final, su habilidad de liderar depende de la actitud producida por su auto-imagen, su sentido de auto-valor y de su auto-estima’’.
Intencionalmente decidí no poner el nombre de la persona, ni tampoco del libro; para no herir la susceptibilidad de algún lector respecto a la opinión que se pueda tener del autor de la frase escrita en el párrafo anterior.
Y en vez de que Usted dedique su tiempo en analizar si es o no es ético de mi parte, haber omitido la información del autor; lo exhorto a tratar de armonizar el pensamiento expuesto a la luz de la conducta que tuvo Jesús no solamente después de la alimentación de los cinco mil, sino en otras ocasiones también.
¿Será que el carácter de Jesús como líder carecía de auto-definición, de auto-imagen, de auto-estima, y de auto-valor?
¡La Iglesia del Siglo XXI, está plagada de pastores, apóstoles y evangelistas a los cuales les sobreabunda todo lo anterior…pero carecen de un ingrediente de carácter que sí poseía Jesús: la humildad!
El día de la multiplicación de los panes y los peces Jesús se apartó de la multitud; porque no deseaba recibir la “gloria de los hombres”.
Un día después cuando lo encontraron y le preguntaron: “Rabí, ¿cuándo llegaste acá?”; Jesús no les respondió con el detalle del día y la hora, sino que por el contrario les dijo: “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Juan 6: 26, 27).
En el día de hoy, muchos acusarían al Pastor Jesús, de falta de amor, diplomacia y tacto con la gente; pero nuestro Señor no vino a postularse como rey o gobernador ni de Israel, ni de ninguna otra nación.
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada…y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mi, no es digno de Mí” (Mateo 10:34, 38).
Si Usted escuchara hoy mensajes tan positivos salir de los labios de Jesús: ¿le daría su voto, como su candidato de preferencia en las próximas elecciones presidenciales? (Continuará)
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”