¿A Quién Iremos?
Parte: V
Autor: Sergio A. Perelli
El incidente que he venido cubriendo en esta serie y que encontramos en el capítulo 6 del Evangelio de Juan, y en especial desde los versículos 60 al 71; son una evidencia tangible del cumplimiento de unas palabras que Jesús había pronunciado en la parte conclusiva de lo que conocemos como el Sermón del Monte: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos…” (Mateo 7:21).
No todos los que se habían convertido en seguidores de Jesús eran verdaderamente “Sus discípulos”, por lo tanto las palabras del Maestro que encontramos en el contexto del capítulo anteriormente mencionado produjeron que “desde entonces muchos de Sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con El” (66).
¿Se sorprendió Jesús de la reacción de aquellos hombres? ¡De ninguna manera!
En el versículo 64, leemos que Jesús ya “sabía desde el principio quiénes eran los que no creían”, y asimismo de que no se había guardado su presentimiento en su corazón, sino que lo hizo claramente audible: “hay algunos de vosotros que no creen”.
Jesús conoce muy bien hoy como entonces, el corazón de todos aquellos que tienen una posición de liderazgo en la Iglesia. Jesús conoce muy bien, quiénes son pastores y quiénes son asalariados. Jesús conoce muy bien a todos los líderes evangélicos que están negociando con el tema de si El es todavía el único camino al cielo, o con una apertura al ecumenismo religioso y a estilos de vida que son contrarios a las Sagradas Escrituras.
De la misma manera, Jesús conoce muy bien a todos los profesos Cristianos que movidos por una falsa interpretación del amor de Dios, para no perder sus relaciones personales o de negocios, continúan rindiendo la luz del Evangelio a las tinieblas del Infierno.
Jesús conoce tan bien a todos los que encajan en los dos párrafos anteriores, que un día les declarará: “¡Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad!” (Mateo 7:23).
Al tiempo de escribir este artículo, el Pastor Yousef Nadarkhania guarda en la cárcel la noticia de parte del Gobierno de Irán, que sea revocado el decreto de su ejecución por no renunciar a su fe Cristiana.
El Pastor Yousef de 34 años de edad, fue condenado el año pasado por el “delito de apostasía” a la fe del Islam. Los magistrados encargados de su juicio durante el proceso legal lo han intimidado tres veces a ‘arrepentirse’; pero siempre han recibido la misma respuesta proveniente de los labios de éste verdadero siervo de Dios: “Arrepentirme significa retornar. ¿A qué debería retornar? ¿A la blasfemia que tenía antes de mi fe en Cristo? ¡No puedo!”.
Yo nunca hubiera conocido el nombre del Pastor Yousef Nadarkhania si no fuera por lo que está ocurriendo con el testimonio de su vida que en el presente se encuentra al borde del martirio; pero sí conozco a uno de los grandes del mundo Cristiano Evangélico, que por menos sus labios le han temblado de cobardía. (Continuará)
Gracia y Paz
Sergio
“Amigo de Jesús”