Autor: Sergio A. Perelli
Leyendo los aportes que mis amistades publican en su perfil de FaceBook, me encontré con uno que llamó mi atención: ‘La Iglesia hoy en día se preocupa más por crecer en tamaño, que por madurar’.
Si bien es cierto que no podemos estereotipar que todos los pastores que forman la Iglesia están solamente preocupados que sus congregaciones crezcan en tamaño, en vez de buscar su madurez espiritual; también es una realidad la existencia de una gran cantidad de pastores que están afectados emocionalmente por la falta de crecimiento numérico de sus iglesias, al grado que algunos han renunciado a la obra pastoral, a pesar de que una vez creyeron en su corazón que Dios los había llamado al Ministerio.
En lo personal no creo que de los labios de un pastor honesto (obviamente no deberían existir pastores mentirosos), Usted oirá decir: ´No quiero que se unan más personas a la iglesia´ o ´No me causa ninguna molestia ver sillas vacías´.
Sin embargo, entiendo perfectamente la intención que tuvo el hermano en presentar su sentir de que ´la iglesia hoy en día se preocupa más por crecer en tamaño, que por madurar´. La pura verdad es que una ‘mega iglesia’, no necesariamente es un indicativo de ser una iglesia madura, porque miles de congregaciones alrededor del mundo son lideradas por falsos pastores y maestros y para estas iglesias se aplica el refrán: ‘de tal palo (pastor)…tal astilla (congregación). Y para las ovejas que se consideran maduras, el mismo Jesús les dejó un mandamiento: ´Dejadlos, son ciegos guías de ciegos, y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo´ (Mateo 15:14).
La disyuntiva para los pastores cuyas congregaciones no han crecido en acuerdo a sus expectativas personales se aclara en primer lugar recordándoles que:
*La prioridad de los pastores en sus respectivas iglesias no es la de afanarse por la reproducción numérica de las ovejas, sino en estar genuinamente preocupados por la reproducción de discípulos maduros en la Palabra de Dios (especialmente en la sana doctrina), que como consecuencia directa se reflejará en un verdadero testimonio de vida cristianano solamente dentro de la iglesia, sino fuera de las paredes de la misma.
*Delante de Dios y del Pastor de Pastores, el éxito de Sus colaboradores en la Obra del Ministerio, nunca será medido por el tamaño de sus congregaciones, sino por el crecimiento espiritual y de carácter de aquellos que fueron puestos bajo su vara y cayado.
*La Roca y el Arquitecto de la Iglesia siempre ha sido y seguirá siendo Jesús, así que los pastores deben ser los primeros en creer que El ´EDIFICARA SU IGLESIA´ (Mateo 16:18).
Gracia y Paz Sergio A. Perelli ´Amigo de Jesús´